El Ejército colombiano informó el lunes sobre la liberación de un grupo de 66 militares, retenido desde el viernes cuando realizaba labores de patrullaje y operativos contra las disidencias de la extinta guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC); los captores serían presuntamente «guardias campesinas» que, según las autoridades, actuarían impulsados por los armados.
Otros 40 militares que también habían sido retenidos fueron liberados el viernes y restaba el grupo de 66 militares que permanecían rodeados en el área rural de San José del Guaviare, al sureste del país.
Horas antes de la liberación de los militares, el general Raúl Vargas, comandante del Comando Conjunto N.3, exigió, a través de un video difundido a la prensa, la liberación de las tropas e indicó que durante la retención, los soldados pudieron comunicarse con sus comandantes por radio, cada hora, para informarles de su estado. Vargas detalló que no se presentó ningún tipo de agresión entre la comunidad y los militares.
La víspera de la liberación, la Defensoría del Pueblo —encargada de velar por los derechos humanos en el país— señaló que adelantaba tareas de intermediación escuchando las peticiones y reclamos que “pacíficamente” realizaban los campesinos de la zona, quienes solicitaban la “no presencia del Ejército en lugares referidos en el cese al fuego”.
En la zona opera un cese al fuego pactado entre el gobierno colombiano y algunas facciones de las disidencias de las FARC que permanecen en una mesa de diálogo de paz.
El Ejército informó tras la retención, a la que calificó de “secuestro”, que las tropas estaban desplegadas en la zona en respuesta a amenazas y extorsiones a comerciantes realizadas por un integrante de la estructura Jorge Suárez Briceño, una de las que pactó el cese al fuego.
La retención de los soldados generó cuestionamientos a las disidencias sobre su voluntad de paz, dado que el ministro de Defensa, Iván Velásquez, atribuyó a los armados estar detrás del “secuestro” de los militares.
“La continuidad del secuestro de los soldados en San José de Guaviare obligará a replantear el cese al fuego con el bloque Jorge Suárez Briceño”, escribió Velásquez el domingo en la red social X, antes Twitter.
Agregó que la prórroga vigente hasta el 15 de octubre “se debe suspender si no existe real compromiso de parte de ese grupo ilegal”.
Los diálogos con las facciones disidentes se adelantan en el marco de la política “paz total” impulsada por el gobierno del izquierdista Gustavo Petro, quien impulsa diálogos simultáneos con grupos armados y bandas urbanas en un intento por disminuir la violencia en el país.
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