La columna de Daniell Coronel en Cambio, titulada “bomba de tiempo”, revela nuevos detalles sobre lo que sucedió al interior de una residencia privada en Madrid, donde el embajador Armando Benedetti protagonizó un presunto hecho de violencia contra la que en ese momento era su esposa, Adelina Guerrero.
El hecho se conoció semanas atrás, cuando diferentes medios de comunicación informaron que las autoridades españolas tuvieron que intervenir en este hecho de violencia intrafamiliar que fue denunciado por los vecinos.
Según la publicación del director de Cambio, “documentos que obran en la Comisaría de Policía del Distrito de Madrid-Centro, el embajador Armando Benedetti blandiendo un cuchillo de 25 centímetros amenazó a su suegra y a su esposa mientras las insultaba con palabras viles que no es necesario repetir”.
(Vea también: “Sociópata”: esposa de Benedetti publicó mensajes que vinculan con agresión en residencia)
Un hecho nuevo revelado en esta columna es que “los policías que atendieron el caso aseguran que al hombre salido de casillas no le importó que ella estuviera recuperándose de una operación, ni la presencia de sus pequeños hijos que fueron testigos de la aterradora escena“.
Si bien Benedetti ha respondido que serán las autoridades españolas las encargadas de hacer la investigación y dar a conocer una respuesta final sobre lo que sucedió realmente al interior de esa vivienda, Cambio indica que esas mismas autoridades tienen un “sinsabor entre las personas que trabajan en casos de violencia de género en España” porque consideran que hay un “abuso de la figura de inmunidad diplomática por parte del Gobierno colombiano”.
Y es que así es. A pesar de que el canciller Luis Gilberto Murillo se ha pronunciado sobre el caso sin excusar ni acusar a Benedetti, ninguna autoridad colombiana ha querido ahondar en esclarecer estos hechos que se suman al largo prontuario de el embajador dentro y fuera de Colombia, donde ha sido protagonista de diferentes escándalos.
La Oficina de Control Interno Disciplinario del Ministerio de Relaciones Exteriores es la que lo investiga, pero, hasta el momento, sin resultados. Además, la procuradora general, Margarita Cabello, decidió no usar su poder preferente en este caso. Se limitó a decir que “estamos diligentes a vigilar”.
Lee También
Y ni siquiera el embajador de Colombia en España, Eduardo Ávila, ha buscado esclarecer el caso, pues, dice Cambio, él fue uno de los que le dijo a la policía madrileña que Benedetti sí tenía inmunidad, lo que evitó que fuera detenido y respondiera por cualquier delito del que fuera acusado por la justicia española.
El paradero de Armando Benedetti es una incógnita en la actualidad y no porque esté prófugo, sino porque su función como embajador de Colombia ante la FAO es poco visible. Sus labores son tan irrelevantes que en los últimos 32 años nadie ocupó ese cargo, pues las funciones las cumplía el que fuera nombrado como embajador de Colombia en Roma.
Lee todas las noticias de nación hoy aquí.