El olimpismo, como filosofía de vida, trasciende la mera competencia deportiva, y se erige como un vehículo de transformación social y personal. En este contexto, la historia de los deportistas olímpicos colombianos resalta cómo la práctica deportiva no solo es un camino hacia la excelencia física, sino también un proceso de resiliencia y superación personal.
Por José Luis Ruiz Sánchez y Leonardo Fabio Castilla Martínez
Docentes Corporación Universitaria del Caribe, Magísteres en Actividad Física, entrenamiento deportivo y gestión deportiva y profesionales en Ciencias del Deporte y la Actividad Física
En los rincones más apartados de Colombia, en donde la belleza natural contrasta con la dureza de la realidad social, surge un fenómeno singular: el deporte como vía de superación personal y colectiva. Para muchos jóvenes, el camino hacia el éxito deportivo no es solo una carrera hacia el podio, sino una lucha constante contra las adversidades, que marca el contexto de su origen, profundamente influenciado por el conflicto armado que ha asolado al país durante décadas. El análisis de su recorrido, desde una perspectiva epistemológica y etnográfica, revela cómo el deporte puede actuar como un mecanismo de resistencia y transformación social.
Orlando Fals Borda (1986) enfatiza la importancia de comprender el contexto local y la historia de las comunidades para entender los procesos de cambio. Según Fals Borda, el conocimiento que surge desde los territorios y las experiencias vividas, al que él denomina “saber popular”, es crucial para analizar las dinámicas sociales en el país. Los deportistas colombianos representan un claro ejemplo de este conocimiento situado, donde la resiliencia y las estrategias de supervivencia son esenciales para su éxito.
Germán Rey (2002), al explorar las narrativas de la violencia y la cultura en Colombia, sugiere que el deporte no solo permite la superación personal, sino que también contribuye a la reconstrucción del tejido social. Rey argumenta que las historias de estos deportistas visibilizan un proceso más amplio de sanación y reconstrucción en las comunidades afectadas por la violencia. Alfredo Molano (1999) destaca que, a través del deporte, muchos jóvenes logran transformar sus experiencias de desplazamiento y pérdida en motores de cambio y superación.
Por su parte, María Teresa Uribe de Hincapié en el año (1993) analizó cómo el deporte ofrece un espacio de resiliencia para los jóvenes en contextos de violencia, no solo proporciona un escape temporal de la violencia, sino que también ofrece una plataforma para la construcción de nuevas identidades y la reinvención del futuro.
El deportista Olímpico
El olimpismo, como filosofía de vida, trasciende la mera competencia deportiva, y se erige como un vehículo de transformación social y personal. En este contexto, la historia de los deportistas olímpicos colombianos resalta cómo la práctica deportiva no solo es un camino hacia la excelencia física, sino también un proceso de resiliencia y superación personal. Según Parlebas (2001), “el deporte es un sistema simbólico que refleja y moldea las dinámicas sociales” (p. 45), lo que se manifiesta claramente en la trayectoria de estos atletas, quienes, a pesar de las adversidades han logrado posicionarse en el pódium olímpico o recibir diplomas de reconocimiento. De igual manera, tal como lo expresa Coubertin (1934), “el olimpismo busca crear un estilo de vida basado en la alegría del esfuerzo, el valor educativo del buen ejemplo y el respeto por los principios éticos fundamentales” (p. 78). Esto se alinea con la capacidad de los atletas colombianos de aferrarse a un proceso que no solo busca la victoria, sino también la construcción de un futuro más prometedor, tanto para ellos como para su entorno. Finalmente, Moragas (1992) destaca que “la participación en los Juegos Olímpicos va más allá de los resultados obtenidos, pues simboliza la lucha y el sacrificio por ideales que trascienden lo deportivo” (p. 112), lo que se evidencia en la historia de estos deportistas.
Detrás de un sueño
El caso de Jorge Eliécer Julio Rocha, nacido en San Onofre, en el departamento de Sucre, es emblemático del espíritu del olimpismo en Colombia. A los 12 años, Julio dejó su tierra natal con la esperanza de alcanzar un sueño olímpico, instalándose en Barranquilla. Su incursión en el boxeo, inicialmente motivada por un deseo de mejorar la situación económica de su familia, se convirtió en un camino de transformación personal y profesional. Tal como lo señala Moncada (2008), “los deportistas colombianos encarnan una lucha constante contra la adversidad, donde el deporte no solo es un medio para la movilidad social, sino también un espacio de realización personal” (p. 94). La trayectoria de Julio, desde vendedor ambulante hasta medallista de bronce en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, ejemplifica la capacidad del deporte para cambiar vidas.
La historia de este boxeador se entrelaza con los valores del olimpismo, tal como los describe Henao (2013): “El olimpismo no es solo un ideal deportivo, sino una filosofía que promueve la excelencia en todas las esferas de la vida, incluidas las personales y sociales” (p. 58). Jorge Eliécer Julio no solo alcanzó la excelencia en el ring, sino que también demostró una resiliencia extraordinaria frente a las circunstancias adversas. Finalmente, Borda (2016) afirma que “el éxito de los atletas olímpicos colombianos radica en su capacidad para superar tanto desafíos físicos como mentales, forjando una mentalidad inquebrantable que los lleva a triunfar” (p. 72). La perseverancia y el enfoque de Julio en sus objetivos lo convirtieron en un ejemplo de lucha y superación, no solo para su comunidad en Sucre, sino para todo el país.
Bibliografía.
Fals Borda, O. (1986). Conocimiento y poder popular: lecciones con campesinos de Nicaragua, México y Colombia. Siglo XXI.
Molano, A. (1999). Desterrados: Crónicas del desplazamiento forzado en Colombia. El Áncora Editores.
Rey, G. (2002). Violencia y medios de comunicación en Colombia. Editorial Pontificia Universidad Javeriana.
Uribe de Hincapié, M. T. (1993). Violencia, poder y cultura: Colombia 1930-1950. Universidad Nacional de Colombia.
Coubertin, P. (1934). Olimpismo: Filosofía del Movimiento Olímpico. Comité Olímpico Internacional.
Moragas, M. (1992). Deporte y sociedad: La dimensión social del olimpismo. Ediciones Universitat de Barcelona.
Parlebas, P. (2001). Elementos de sociología del deporte. Paidós.
Borda, F. (2016). Deporte y sociedad: El olimpismo en Colombia. Editorial Universidad del Rosario.
Henao, L. (2013). El camino del campeón: Valores olímpicos y deportistas colombianos. Editorial Pontificia Universidad Javeriana.
Moncada, P. (2008). De la pobreza al pódium: Historias de vida de los atletas colombianos. Editorial Planeta.