El clavadista pereirano Luis Felipe Uribe, de 22 años, fue una de las figuras colombianas en los Juegos Olímpicos París 2024. En su primera participación, a los 22 años, logró avanzar a la ronda final, y terminar sexto en trampolín de tres metros, para hacerse visible en el grupo de aspirantes a medalla, en los próximos Juegos, Los Ángeles 2028.
El clavadista Luis Felipe Uribe Bermúdez, nacido el 3 de septiembre de 2001, en Pereira, es decir, cumplirá 23 años, el próximo mes, viajó a los Juegos Olímpicos París 2024, con una preparación y unos antecedentes que le permitían aspirar a una destacada actuación en el trampolín de tres metros, quizás no tanto para estar entre los seis primeros, en una prueba extremadamente exigente y rápida, dominada por los artistas orientales, muy cercanos a la perfección.
Su carrera ha sido el resultado de un crecimiento en familia, alrededor de los clavados, porque fueron sus padres, Luis Alberto y Mercedes, quienes lo indujeron a quitarse los miedos y a nadar, y su hermana, Viviana, su principal aliento, compañía y apoyo, porque los dos han construidas vidas paralelas en los clavados.
Los dos jóvenes, prácticamente nacieron en el agua, porque sus papás eran los cuidadores de la piscina de la Unidad Deportiva de Pereira, y vivían, los cuatro en un cuarto ubicado en el mismo lugar, lo que les permitía, al abrir los ojos cada día, ver de inmediato las tranquilas aguas, que los invitaban a disfrutarlas. Eran pobres, pero con el privilegio reservado a otros jóvenes, nacidos en familias acomodadas, socias de exclusivos clubes, poseedores de escenarios similares. Ellos, Viviana y Luis Felipe podían tener la piscina compartida en el día, con otros nadadores, pero solo para ellos en las noches y en las madrugadas.
Es lógico creer que dos niños que nacen y crecen con piscina propia se conviertan en nadadores y no, por ejemplo, en ajedrecistas, jinetes o tejistas. Pues los hermanos Uribe respondieron al llamado de la naturaleza y de sus padres, para, Viviana, mayor que Luis Felipe, dedicarse muy joven a la alta competencia, y Luis Felipe, primero a vencer sus miedos y luego a prepararse con paciencia, disciplina y dedicación, y a competir al lado de los grandes.
“Es muy loco, porque empecé en los clavados por inspiración, sin ni siquiera saber nadar. De hecho me amarraban flotadores. Yo era un niño superpequeño lleno de flotadores. Con esos flotadpres solté el miedo y ya fui aprendiendo lo básico de la natación”, dijo alguna vez, Luis Felipe, al Diario Marca.
La carrera competitiva de Luis Felipe comenzó cinco años después de su hermana. Y en ese lustro, mientras vencía el miedo a ahogarse, luchaba por convencerse plenamente que ese era su deporte, porque quería resultados rápidos y sentía que no progresaba.
En 2015 llegó a Pereira quien conduciría las carreras de los hermanos Uribe, el técnico cubano César Saldívar, quien estructuraría sus planes de entrenamiento y se dedicaría a pulirlos en aquellos pequeños detalles, que en los clavados marcan las grandes diferencias.
En 2018 aparecieron en la sociedad internacional los hermanos Uribe Bermúdez, porque los dos ganaron medallas en los Juegos Suramericanos celebrados en Cochabamba, Bolivia, Viviana, al ganar, Viviana, dos de oro y una de bronce, en la plataforma 10 metros sincronizado, plataforma sincronizado 3 metros y trampolín 3 metros, Luis Felipe, una de plata en los tres metros.
En esos días, los padres, Luis Alberto y Mercedes, pudieron observar a sus hijos recibiendo las medallas, en un televisor nuevo, que compraron e instalaron en la cafetería de las piscinas de Pereira, que ahora era de su propiedad.
Un año después, los hermanos Uribe se consagraron en los Juegos Nacionales celebrados en Cartagena, Viviana, con oro, plata y bronce, en plataforma, trampolín tres metros y trampolín un metro, respectivamente, y Luis Felipe, en trampolín a uno y tres metros.
Mientras muchos atletas no se detuvieron completamente durante la pandemia del COVID 19, porque pudieron adaptar escenarios, inclusive en las salas o patios de sus casas, ellos no, porque sus entrenamientos debían realizarlos en la enorme pileta, que, además, se presumía que era altamente transmisora del virus.
El regreso a las competencias ocurrió en el año 2022, precisamente en un certamen de altísima competencia, los Juegos Suramericanos de Asunción, Paraguay, en los cuales demostraron su calidad, al ganar seis medallas de oro, tres Viviana, en las pruebas de plataforma 10 metros, trampolín tres metros y trampolín sincronizado junto con Daniela Zapata, y Luis Felipe en el trampolín tres metros, trampolín un metro y trampolín tres metros sincronizados junto con Sebastián Morales.
Con esta consagración en Asunción, los hermanos Uribe conquistaron dos terceras partes de la torta americana, porque habían ganado a los rivales de los países Centroamericanos y del Caribe, y ahora lo hacían con los Suramericanos.
Les quedaba un pedazo grande de torta, el de Norteamérica, para ser los mejores del continente, que incluía medirse y superar a los clavadistas, nada más y nada menos de Estados Unidos y de Canadá.
Y en ese trajín, Viviana logró la medalla de oro con Daniel Restrepo, en los tres metros trampolín, y Luis Felipe, dos de plata en 3 metros trampolín, y en dupla también con Daniel Restrepo, y bronce en trampolín de un metro.
Al frente quedaban: la conquista de los cupos para los Juegos Olímpicos París 2024, y, si las lograban, esa participación, la más exigente de sus vidas.
Luis Felipe logró el cupo, con Daniel Restrepo, al final de la temporada, pero su hermana Viviana, no, y tuvo que luchar en el cuerpo ajeno de su hermano, para sentir que peleaba por una medalla olímpica.
Como se puede apreciar, Luis Felipe Uribe tenía la trayectoria suficiente para aspirar a un cupo entre los mejores del mundo, que finalmente logró.
Ahora, ya posicionado como grande entre los grandes clavadistas en el trampolín de tres metros, debe recorrer el ciclo olímpico que comienza el próximo año, en los Juegos Bolivarianos Ayacucho y Lima, Perú, para llegar a esa soñada meta de ser medallista olímpico, en los Juegos Los Ángeles 2028. Y lo hará acompañado por ese gran talento llamado Daniel Restrepo, quien será otra opción importante de Colomba en esos Juegos.