Según Sebastián Caicedo, su relación con Juliana Diez inició en la iglesia: “Durante mi acercamiento a lo espiritual, empezamos a cruzarnos en la iglesia. Juliana estaba organizando conferencias para mujeres, y luego las extendió a los hombres. Me contactó para colaborar en la difusión del evento, y me sentí atraído por su causa. Así que decidí ayudarla de manera voluntaria, y fue así como comenzamos a conversar”, relató el actor.
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Diez, por su parte, ha compartido en Instagram la importancia de actuar con reflexión y no dejarse llevar por emociones pasajeras o temores. Ella destacó:
“No se trata de actuar por impulsos o miedos. Recordemos que tenemos al Espíritu Santo, quien nos da poder, amor y, lo más importante, dominio propio. Todo sucederá en el tiempo de Dios”.
A pesar de los desafíos y experiencias difíciles en el pasado, Sebastián y Juliana han encontrado en su fe un sólido pilar para su relación. El actor comentó:
“No hay anillo aún, pero estamos en ese camino. Lo bonito de nuestra relación con Dios es que vamos creciendo paso a paso. Si no estuviéramos orientados hacia un futuro juntos, ¿para qué estar en un noviazgo?”.
En varias ocasiones, la empresaria ha expresado su admiración por Sebastián. En sus redes sociales, ha elogiado al actor: “Sebastián es un hombre muy atractivo, pero lo que realmente destaca es su corazón. Tiene una nobleza y humildad que lo distinguen de manera impresionante”.
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Juliana también ha sido clara sobre su decisión de avanzar con prudencia. Aseguró que tanto ella como Sebastián necesitan tiempo para sanar y madurar antes de tomar decisiones importantes como el matrimonio: “Entiendo las opiniones, pero debemos recordar que ambos venimos de procesos largos y necesitamos tiempo para sanar y madurar antes de dar pasos tan significativos”.
En otro video, la paisa comentó:
“Agradezco enormemente que estén pendientes de nuestra relación, pero no queremos que se empiecen a levantar expectativas muy altas en nuestra relación o que se empiece que todo es perfecto, porque no es perfecto,. Nosotros como seres humanos levantamos a falsos ídolos de relaciones, personas, empresas, y les quiero recordar que nuestro éxito es tener a Jesús en el centro de nuestra relación”.
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