Científicos de Georgia State encuentran un vínculo entre la obesidad, la ansiedad y los cambios en el microbioma intestinal


La obesidad no solo afecta la salud física, sino que también puede contribuir a la ansiedad debido a alteraciones en el cerebro y el microbioma intestinal.
- Obesidad ligada a ansiedad, según estudio con ratones.
- Dieta alta en grasa → cambios en cerebro y microbiota intestinal.
- Ratones obesos: más miedo, alteraciones en el hipotálamo.
- Microbioma intestinal afectado → posible impacto en salud mental.
- Hallazgos apuntan a necesidad de enfoque integral.
- Potencial para prevenir enfermedades desde la infancia.
Vínculo entre obesidad, ansiedad y microbioma intestinal
La obesidad y la ansiedad aumentan rápidamente, especialmente entre los jóvenes. Si bien muchos conocen los riesgos físicos de la obesidad —como las enfermedades cardiovasculares o la diabetes—, su impacto sobre la salud mental sigue infravalorado.
Un nuevo estudio desarrollado por científicos de la Universidad Estatal de Georgia revela una conexión directa entre la obesidad inducida por la dieta, comportamientos ansiosos y alteraciones tanto cerebrales como intestinales.
Obesidad y ansiedad: conexión fisiológica y cerebral
Los investigadores trabajaron con un modelo murino que reproduce de forma fiable los efectos metabólicos y conductuales de la obesidad humana. Criaron 32 ratones machos desde la adolescencia hasta la adultez temprana, dividiéndolos en dos grupos: uno alimentado con dieta baja en grasa, y otro con dieta alta en grasa durante 15 semanas.
El resultado fue claro: los ratones con dieta alta en grasa ganaron significativamente más peso y grasa corporal. Además, en las pruebas conductuales, estos ratones presentaron más comportamientos ansiosos, como congelarse ante estímulos amenazantes, una respuesta típica de defensa.
Alteraciones cerebrales detectadas
Se observaron cambios en la actividad del hipotálamo, una región clave del cerebro que regula el metabolismo y el estado de ánimo. Estas alteraciones en la señalización cerebral podrían estar relacionadas con déficits cognitivos provocados por el exceso de grasa corporal.
Microbioma intestinal: el actor invisible
Uno de los hallazgos más importantes fue en el intestino. Los ratones obesos mostraron una composición microbiana distinta en comparación con los ratones delgados. Esta diferencia respalda investigaciones anteriores que apuntan a que el microbioma intestinal influye en el comportamiento y la salud mental.
Los investigadores creen que estas variaciones en las bacterias intestinales podrían ser una de las vías por las que la obesidad impacta negativamente el cerebro.
Una visión más amplia de la salud
Aunque este estudio se realizó en animales, los resultados pueden ofrecer pistas valiosas para la salud humana. Según la Dra. Desiree Wanders, “la dieta es un factor clave, pero no el único. La genética, el entorno, el estilo de vida y la situación socioeconómica también influyen significativamente.”
Este enfoque integrador entre intestino y cerebro podría cambiar la forma en que se abordan los problemas de salud física y mental.
Líneas futuras de investigación
El equipo planea estudiar cómo las alteraciones en el microbioma causadas por la obesidad influyen específicamente en el cerebro. También desean ampliar su investigación a ratones hembras y otras etapas de desarrollo.
Además, se explorará si intervenciones como la pérdida de peso pueden revertir los cambios conductuales y neurológicos observados.
Vía: American Society for Nutrition – EurekAlert!
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