El reciente rumor sobre una posible compra de Intel por parte de Qualcomm ha generado grandes dudas entre los analistas de la industria. Aunque un acuerdo de este tipo podría acelerar la diversificación de Qualcomm, también la cargaría con una división de semiconductores que ha registrado enormes pérdidas, además de las barreras regulatorias.
Intel, que alguna vez fue un gigante dominante en la industria de semiconductores, ha pasado por uno de los momentos más difíciles de su historia. La capitalización de Intel ha caído por debajo de los 100 mil millones de dólares por primera vez en tres décadas, en gran parte debido a su incapacidad para capitalizar el boom de las redes neuronales y la IA, decidiendo no invertir en OpenAI. En comparación, Qualcomm, con una capitalización cercana a los 190 mil millones de dólares, ha mostrado una mayor proactividad, aunque sigue muy dependiente del mercado de chips para teléfonos inteligentes, que ha estado cayendo.
El analista Bob O’Donnell, fundador de TECHnalysis Research, comentó que, si bien desde una perspectiva de productos el acuerdo podría tener sentido, es muy poco probable que Qualcomm quiera hacerse cargo de toda la operación de Intel. Separar sus negocios de semiconductores y otras unidades sería muy difícil, y convertir las divisiones no rentables de Intel en un éxito sería un desafío enorme.
La compra de Intel no sería una buena idea para Qualcomm.
Además, un acuerdo de esta magnitud enfrentaría un análisis regulatorio a nivel mundial debido a las preocupaciones antimonopolio, ya que uniría a dos de los principales fabricantes de chips en los mercados de smartphones, PC y servidores, creando un gigante que dominaría varios sectores clave.
Las acciones de Intel subieron casi un 3% luego de los rumores, mientras que las de Qualcomm cayeron un 1.8%. Esto refleja las dudas del mercado sobre la conveniencia de esta posible adquisición. A pesar de los retos, el CEO de Qualcomm, Cristiano Amon, está personalmente involucrado en las negociaciones y está explorando diferentes formas de estructurar el acuerdo.
Por ahora, el consenso de los analistas es que, aunque interesante, el «acuerdo del siglo» parece poco probable debido a los enormes desafíos tanto estratégicos como regulatorios.
Fuente: Reuters