Esta es la semblanza de la karateca colombiana, Valentina Zapata, especialista en katas, quien fue el año anterior medallista en los Juegos Panamericanos Santiago 2023, y acaba al podio del Karate Series Salzburgo 2024.
Por Mariana Primero Caviedes
Periodista del TDI Colombia
“Se fue dando todo”, recuerda. Aunque el arte de la postura recta, los movimientos precisos y la concentración total, el karate, no fue la primera disciplina que experimentó, sí fue esta con la que todo fluyó y la que encajó de manera perfecta en su vida. Desde los ocho años, hasta hoy, en sus 22, los retos, las victorias y derrotas han sido sus mejores senséis del día a día.
Al escuchar su marcado acento, es inevitable notar que la tierra que vio nacer a Valentina Zapata Machado fue Antioquia, aquella de la cual se refiere con tanto orgullo y ha trabajado por dejarla en lo más alto en cada lugar al que ella va, no solo con numerosos logros deportivos, sino también con su calidad humana que brilla más que cualquier presea dorada.
Valentina recuerda que desde muy corta edad ha tenido relación con el deporte, ese algo que hoy le da tanto sentido a su vida, y que, aunque en un principio inició por la inquietud de sus padres: Marisol y Alexander, aprovechar los tiempos libres, es hoy su principal razón de ser y motivación para marcar historia en el deporte a nivel nacional y mundial.
Inglés, natación, patinaje y pintura son algunas de las clases que veía todos los sábados y domingos para cumplir con el objetivo de sus padres, un itinerario que le permitió conocer desde la magia de volar sobre ruedas hasta sus habilidades para correr dentro del agua, dos disciplinas que aunque le encantaron y logró tener mucha afinidad, siempre hubo razones que se interponían en su relación como una incómoda sinusitis u horarios difíciles de cumplir, cosas que no sucedieron con el karate, el deporte que conoció por “casualidad”.
Una tarde, en medio de un espacio de almuerzo, antes de entrar a otra de sus clases de fin de semana, vio a lo lejos, un grupo de niños vestidos de blanco con bandas en su cintura, haciendo movimientos que llamaron su atención, los cuales generaron la inmediata sensación de querer conocer más sobre esa clase, sentimiento que sus padres apoyaron y amaron al ver que el horario, espacio, y todas las condiciones se acomodaban perfectamente con su única hija, Valentina.
Desde su primer momento dentro del tatami, ella sintió la conexión que quería mantener por el resto de sus días, razón por la cual dejó de lado las demás clases que tenía en su programación para dedicar todo su tiempo y energía al karate, proceso en el que cada vez quería avanzar más y más. “Al final dimos con ellos y acá seguimos” expresó al mencionar que, en sus claras intenciones de evolucionar, llegó a Kaizen Do, el club que la acogió desde el 2014 hasta la actualidad.
Este club, se ha convertido en su segundo hogar, no solo por la formación que le ha brindado, sino por la familia que encontró dentro de él, con personas de un alto nivel deportivo y un valioso grado de humanidad que ha aportado en el crecimiento personal y profesional de Valentina.
“Ten paciencia que yo sé que tú vas a ganar los Juegos Departamentales”, fueron las palabras con las cuales su sensei de vida y del deporte, David Contreras, alimentó su confianza y seguridad para salir de la ´racha´ en la que estaba, pues Valentina recuerda que cuando ingresó a su club Kaizen Do y empezó a entrenar con David, ella perdía constantemente y no lograba los resultados esperados, “me ganaba todo el mundo” afirmó entre risas al traer a su memoria como fueron sus inicios.
Las palabras de su maestro se convirtieron en una realidad en los Juegos Departamentales de Urrao 2015, donde Valentina se consagró campeona y consiguió el título que tanto deseaba, tras ganarle a todas sus rivales con las que ya tenía varias derrotas en lista. Fue para ese momento, en el que ella sintió que quería continuar su historia con el karate para seguir cosechando triunfos y aprendizajes.
Fue para el 2017, el año en el que experimentó el ganar su primer nacional de karate en Cali, y vivió el sentimiento de ocupar un tercer lugar de un podio suramericano, hasta la sensación de clasificarse a un mundial, siendo estos un conjunto de resultados que le ayudaron a tomar presencia como atleta y ser reconocida por Indeportes para consolidarla dentro de su programa de apoyo, lo que le permitió oficializar más su relación con el Karate y su proyección a futuro.
Un futuro que reluce con luz propia gracias a cada uno de los grandes pasos que ha dado Valentina con el pasar del tiempo, como sucedió en el 2022, cuando se consagró campeona panamericana sub 21 y ganó su primera medalla de oro en un certamen de este nivel, resultado que la motivó a querer conseguir el título del siguiente reto que tenía en la mira: World Karate Championship Turkey 2022.
“Último mundial juvenil, me quedó con el sin sabor de no lograr el objetivo, pero solo queda el trabajo duro y la fe intacta”, fue una de las frases que redactó Valentina en sus redes sociales, tras su participación en el Mundial de Turquía 2022, competencia en la cual se ubicó en el noveno lugar, cuando tenía todas las expectativas y había trabajado y entrenado arduamente para quedar en el primero.
Aunque perder hace parte del proceso de todo atleta de alto rendimiento, este resultado no fue algo fácil de asimilar, tuvo que luchar con algunos pensamientos que invadieron su mente haciéndole sentir que no quería continuar con el deporte, sin embargo, el apoyo de quienes más ama, la ayudó a recordar para que estaba hecha y todo lo que le esperaba por delante.
Valentina afirmó que, en ese momento de incertidumbre, su principal soporte fue a quien ella define como “lo mejor que me ha dado el karate” refiriéndose así a su novio Hernán Hamaya, también karateca antioqueño, con quien ha podido compartir muchos momentos inolvidables tanto a nivel deportivo como personal, los cuales han fortalecido su relación que en mayo del presente año cumplió su aniversario número siete, un tiempo que le ha permitido a él convertirse para ella en su apoyo incondicional, especialmente en esos momentos difíciles.
Aunque el 2023 fue un año que inició con dos nuevos títulos como campeona nacional mayores y sub23, los momentos retadores no se hicieron esperar, pues después de esta competencia en su territorio, el siguiente destino fue México, donde también consiguió subirse al podio y consagrarse como campeona centroamericana y del caribe en las categorías kata senior y sub 21, dos nuevos logros que demostraron su fuerza, coraje y valentía dentro del tatami, porque si no hubiese sido por eso, tal vez el dolor que sentía por la partida de su mejor amigo de cuatro patas, Dobby, no le hubiese permitido ni competir.
Fueron 10 años en los que el pequeño shitzu acompañó a Valentina en el camino de la vida, y fue justo la noche anterior a su viaje a México, el momento en que ella tuvo que despedirse de él y verlo partir, para después de esto tener que tomar un avión hacia su siguiente objetivo deportivo, a pesar de la tristeza que sentía en su corazón. Llegó al Centroamericano con la determinación de conseguir podio, y así fue, con su tenacidad y el apoyo de sus entrenadores David y Paula, de su novio Hernán y de toda su red apoyo, conquistó la meta.
De esta manera continuó el 2023, la temporada que considera como su mejor año deportivo hasta el momento, al conquistar numerosas medallas a nivel nacional e internacional, destacando entre ellas la presea dorada que consiguió en sus primeros Juegos Nacionales Eje Cafetero 2023 y los dos subtítulos que conquistó del ciclo olímpico en los Juegos Centroamericanos y del Caribe – San Salvador 2023 y en los Juegos Panamericanos Santiago 2023 en la modalidad de Katas.
Para su presente, el objetivo de seguir sumando logros y aprendizajes no ha cambiado, pues en este 2024 se subió a lo más alto del podio en el Karate Series Salzburgo 2024 y se ubicó en la posición número 13 en el ranking mundial. “Aún no puedo describir este sentimiento, un objetivo que muchas veces lo vi muy lejos y hoy ya es una realidad”. Así mismo espera seguir alcanzando cada una de las metas que tiene trazadas en su carrera, con el ideal de que sus logros aporten al desarrollo del Karate en Colombia.