Antes de alcanzar las participaciones en los eventos deportivos más importantes de cada disciplina, los atletas realizan su etapa formativa acompañados de un equipo de trabajo que, a través de su entrenador, canalizan las aptitudes y mejoran su técnica para progresar en el deporte.
Sin embargo, una parte fundamental para la importante etapa de formación del atleta corresponde a la motivación, misma que el entrenador puede incentivar para que el deportista continúe su proceso y se enfoque en alcanzar las metas establecidas o desista de seguir con la disciplina deportiva.
Angie Tatiana Correa Restrepo es una de las jóvenes deportistas presentes en la Escuela de Talentos de Gimnasia. A sus nueve años recuerda con mucha emoción la razón por la que comenzó en la gimnasia rítmica: “Yo inicié en la gimnasia rítmica porque me llamaba la atención como las niñas se movían con los aparatos, entonces yo le dije a mi mamá que quería practicarla”.
Es honesta y contundente, pues Angie reconoce que se destaca bailando y que disfruta al combinarlo con un aparato. Jennifer Rivera es su entrenadora, la acompaña en su proceso de formación en su natal Pereira y expresa que su estudiante tiene varias cualidades en sus rutinas: “Ella es muy carismática, se envuelve con la música y hace emocionar a toda la gente que está presente”.
Sin duda alguna, la pasión de Angie es una de sus principales virtudes a la hora de practicar y de presentar una rutina, algo que estuvo presente desde su primera clase: “fue algo muy chévere, me gustó mucho y decidí continuar”.
Desde aquel momento, pasaron poco más de tres años desde que Correa realizó sus primeros movimientos en la gimnasia rítmica y, consigo, la experiencia aumentó junto con la técnica en sus presentaciones. “Siento que la atención a los detalles y varias cosas más”, expresa con felicidad Angie sobre uno de los aprendizajes más importantes durante su práctica en el deporte.
“Ella (Jennifer) nos entrena muy bien. En cada espacio, ella tiene paciencia y nos enseña muchas cositas” destaca Angie con una sonrisa, pues comprende que Jennifer no solo las instruye en el deporte, también las motiva y las escucha para continuar con la práctica y su proyección. Al compás de la música, la joven atleta tuvo la oportunidad de participar en un campeonato infantil que se desarrolló en Paipa, Boyacá, durante el año pasado y su felicidad al recordarlo es indescriptible: “Estuve muy bien, me sentí alegre por lo que hice”.
Paso a paso, el proceso de crecimiento está cada vez más presente y para Jennifer es innegable: “Angie es una persona talentosa, echada para adelante y muy disciplinada”. Los valores que la entrenadora resalta van muy ligados a la compañía y educación que los padres de Angie, Luz Zoraida Restrepo y Luis Antonio Correa, le inculcaron: “Mis papás están muy orgullosos de mí, por todo lo que he avanzado”.
La Escuela de Talentos está enfocada en promover espacios de formación deportiva y personal, por lo que motivación hace parte intrínseca del proyecto al compartir con sus asistentes experiencias inolvidables gracias al deporte, a su esfuerzo y trabajo continuo. “Mi sueño es llegar a unos Juegos Olímpicos. Quiero mejorar cada vez más y ser profesional”, destaca Angie con seguridad, con una mirada dispuesta a dar todo de sí para alcanzar ese objetivo.
“Para mí es muy gratificante ya que yo fui deportista y esto (la Escuela de Talentos), en mis tiempos de formación, no se veía. Ahora esto es un potencial para los niños y las niñas, para que se motiven, hagan más deporte y pues también tengan unos espacios diferentes a la monotonía del entrenamiento”, comenta Jennifer con seguridad, pues los sueños pueden hacerse realidad a través de la formación, la perseverancia y la motivación.