El próximo 21 de marzo de 2025, durante la sesión 143ª a realizarse en Grecia, será elegido el décimo presidente (o primera presidenta), en los 130 años de historia del Comité Olímpico Internacional, COI. Sin Thomas Bach, quien no podrá aspirar por estatutos, siete candidatos de diferentes procedencias tendrán la posibilidad de sucederlo.
Por Carlos Eduardo Villegas Estrada
Miembro de la Academia Olímpica Colombiana. carlosevillegas@hotmail.com
Con la nueva elección concluyen 12 años de liderazgo del alemán Thomas Bach, a quien, seguramente, la historia le reconocerá por haber “salvado” al Movimiento Olímpico. Las reformas progresistas de Bach, realizadas a través de sus agendas olímpicas 2020, 2020+5 e IA, han recuperado el interés de las ciudades por celebrar los Juegos Olímpicos y han posicionado al COI como una organización global relevante en el mundo de hoy.
Conforme al protocolo diseñado por la Comisión de Ética del COI, el pasado 15 de septiembre se revelaron los nombres de los siguientes siete aspirantes (seis hombres y una mujer) para suceder a Bach, en el periodo 2025-2033:
Como se evidencia, el grupo de candidatos no es consecuente con los principios del Movimiento Olímpico propuestos en las últimas reformas del COI: es poco diverso, está muy lejos de la paridad de género, es eurocéntrico y cuatro de los candidatos no podrían completar el máximo término de 12 años de la presidencia, por sobrepasar el límite máximo de edad estipulado en la Carta Olímpica. Sorprende de la lista de candidatos la ausencia de algún representante de Panam Sports, donde sonaban nombres como los de Nichole Hoevertsz (Aruba) y el propio presidente, Neven Ilic (Chile). Otra ausencia que sonaba entre las mujeres era Nawal El Moutawakel (Marruecos).
De los candidatos, quizás el más sonado es Lord Sebastian Coe, quien, de acuerdo con las normas vigentes del COI, sólo podría ser presidente inicialmente por dos años, en consideración a que su membresía COI está ligada a su presidencia de la World Athletics cuyo tercer y último término finaliza en 2027. Por votación de la sesión, el estatus de Coe podría ser cambiado al de miembro COI individual, inicialmente, hasta la edad de 70 años y, excepcionalmente, su membrecía ser extendida (nuevamente por votación de la sesión) hasta los 74 años; es decir que máximo podría ser presidente del COI por seis años, no pudiendo cumplir siquiera el término inicial de ocho años.
Similares son los casos de Eliasch, Samaranch y Watanabe, quienes surtidas las extensiones posibles solo podrían presidir el COI por 11, 9 y 8 años, respectivamente, de los 12 posibles. En el caso de Lappartient, quien podría ser presidente de la UCI hasta 2029, tendría que cambiar su estatus a miembro individual, lo cual le daría los ocho años que requeriría para completar el término de los 12 años. Finalmente, Al Husein y Coventry solo necesitan que sus membresías individuales sean extendidas en su momento, con lo cual podrían cumplir el término antes de alcanzar la edad límite de los 70 años.
Es preciso recordar que previo a la revelación de los nombres de las personas candidatas, la Comisión de Ética tuvo que publicar la siguiente aclaración: “De conformidad con la Carta Olímpica, el presidente del COI tiene que ser un miembro COI al momento de su elección y durante la duración de su término como presidente”, es decir, que la Carta Olímpica no contempla ninguna excepción para el Presidente quien será un miembro COI bajo las mismas condiciones de cualquier otro miembro, incluyendo la edad límite. Adicionalmente, la Comisión considera que existiría un conflicto de intereses en caso de que un presidente de una Federación Internacional sea electo presidente del COI, ante lo cual propone que una vez electo, la Sesión ponga a consideración un cambio de estatus del presidente; es decir que pase a ser un miembro individual.
A partir de la postulación oficial, el proceder de los siete candidatos está enmarcado en las denominadas “Directivas relativas a la elección de la presidencia del COI” expedidas por la Comisión de Ética presidida por el exsecretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon. Los siete candidatos deberán observar estrictamente los Principios de Buena Gobernanza, el Código de Ética y la Carta Olímpica, además de presentar un “Documento de Candidatura” que contenga sus planes y proyectos para la presidencia, el cual deberá ser enviado previamente a la Oficial jefe de Ética y Cumplimiento del COI.
De acuerdo con las directivas, los candidatos no pueden hacer ningún tipo de publicidad pagada, no pueden organizar mítines o reuniones para la promoción de su candidatura, el costo de los viajes deberá ser asumido por cada uno, y no pueden recibir donaciones económicas ni ningún tipo de asistencia material. Las personas candidatas no pueden participar en debates públicos con sus contrincantes ni pueden recurrir a medios de comunicación o periodistas para que promuevan su candidatura. Tampoco se permite abandonar una candidatura para adherir a otra.
Los Miembros COI, por su parte, no pueden revelar su intención de voto ni pueden aceptar invitaciones a reuniones organizadas por comités olímpicos nacionales o federaciones internacionales. Todo stakeholder del Movimiento Olímpico deberá mantener su neutralidad en la campaña electoral. La Comisión de Ética tiene la facultad de excluir a un candidato y revocar el derecho al voto de un miembro COI, en caso de incumplir las directivas.
De acuerdo con el cronograma, los candidatos presentarán sus planes a todos los miembros COI en reunión ad hoc, que se llevará a cabo en Lausana, entre el 20 y el 24 de enero de 2025. La elección se realizará en la sesión del COI del mes de marzo y, tras un par de meses de empalme, el sucesor de Bach tomará posesión de la presidencia, en junio de 2025.
Para contribuir a la especulación sobre quien podría la persona elegida es preciso recordar quiénes son los electores que tienen derecho a votar durante la sesión presencial: a los 111 miembros COI vigentes, deben restarse los votos de los siete candidatos, para un máximo de 104 votos. Si la solidaridad de género reina, Coventry podría contar con 46 votos, prácticamente suficientes para asegurar la presidencia, considerando que los restantes 58 se atomizarían entre los seis caballeros.
Ahora bien, si prima la solidaridad de asociación continental, los europeos repartirían sus votos entre cuatro candidatos, los asiáticos entre dos y Coventry sumaría los 16 votos de África. Lo anterior implica que los 27 votos que suman Panam Sports y ONOC definirían la elección en caso de votar en bloque.
¿Cuál será la carta de sucesión de Bach, si la tiene? No debería tenerla, pero son innegables sus afectos por Coventry, a quien proyectó desde la Comisión de Atletas ,y por Lappartient con quien se le vio frecuentemente en los recientes Juegos de Paris. Así mismo se habla de un reciente distanciamiento con Coe por cuenta de la iniciativa de World Athletics de retribuir económicamente a los medallistas de oro de los Juegos de París.
El nuevo presidente (o presidenta) recibe la vara muy alta, con una organización más sólida que nunca, pero que enfrenta grandes desafíos para continuar cumpliendo con su misión de paz y seguir con los programas insignia de Bach; entre ellos, los e-sports, la Agenda de Inteligencia Artificial, la renovación de los derechos de transmisión de los Juegos Olímpicos, el crecimiento del programa TOP, y los primeros Juegos Olímpicos en territorio africano, entre otros.
¡Elección en desarrollo!