El Kokedama Forest, una instalación artística innovadora creada por el estudio de diseño Nomad Studio, representa una fusión única entre la naturaleza y el arte. Esta instalación suspendida, que exhibe 1.200 kokedamas (pequeñas plantas con raíces envueltas en musgo) sobre una cúpula invertida, fue presentada originalmente en el Philadelphia Flower Show 2021. El bosque flotante combina una estructura metálica delicadamente tejida con la poesía visual de la relación íntima entre las plantas y el suelo, subrayando la importancia de este ecosistema oculto pero esencial.
Bosque Suspendido: Un homenaje a la naturaleza y la sostenibilidad
El Kokedama Forest es una instalación sostenible que busca concienciar sobre la ecología, la interdependencia de los seres vivos y la importancia del suelo como hábitat vital. Tras su paso por Filadelfia, esta obra fue reubicada en el NorthPark Center de Dallas, Texas, y los árboles fueron adoptados por el Tyler Arboretum en el condado de Delaware, reflejando la filosofía del proyecto de darle una segunda vida a las plantas. Este aspecto de continuidad y reutilización enfatiza el compromiso con la sostenibilidad y la responsabilidad ecológica.
La importancia del suelo: un ecosistema subvalorado
El concepto de Kokedama Forest gira en torno a una reflexión profunda sobre el suelo, un hábitat a menudo ignorado. En nuestra vida cotidiana, tendemos a concentrarnos en los ecosistemas visibles, como los bosques y los océanos, mientras que los organismos que habitan el suelo pasan desapercibidos. Sin embargo, estos microorganismos son los verdaderos arquitectos de los suelos fértiles, colaborando con las plantas en un entramado complejo de relaciones simbióticas.
La degradación de los suelos, a menudo producto de la deforestación, la agricultura intensiva y la urbanización, amenaza con llevar a la desertificación de vastas áreas. Esta pérdida de suelos fértiles es uno de los mayores riesgos para la biodiversidad global y afecta directamente a la estabilidad de los ecosistemas. Según estudios recientes, más de 24.000 millones de toneladas de suelo fértil se pierden cada año debido a la erosión y la degradación . Este fenómeno no solo pone en peligro a numerosas especies, sino que también compromete la capacidad de la humanidad para producir alimentos y mantener un equilibrio ecológico.
El diseño como herramienta de concienciación
El diseño de esta obra no es solo estéticamente impresionante, sino que también busca educar y concienciar a los visitantes. La estructura metálica de 2,3 metros de altura, con una base de 9 metros cuadrados, levita en el aire, lo que permite que las plantas muestren su conexión con el suelo de una manera que normalmente permanece invisible. Los visitantes pueden caminar entre las kokedamas flotantes, experimentando una inmersión completa en un micromundo que revela lo que ocurre bajo nuestros pies.
Este enfoque inmersivo está diseñado para provocar una reflexión activa sobre el papel del ser humano dentro de este sistema. El visitante no solo observa la obra, sino que se convierte en parte de ella, rodeado por la delicada red de vida que representa. Esta experiencia genera preguntas sobre la relación entre el ser humano y el medio ambiente, y sobre cómo cada individuo puede contribuir a la sostenibilidad.
Una sinergia entre arte y naturaleza
Los kokedamas, elaborados por Kazumi Garden, son una materialización poética de la relación simbiótica entre las plantas y el suelo. Esta antigua técnica japonesa de jardinería destaca por su simplicidad y belleza natural, y ha sido reinterpretada por Nomad Studio para resaltar el delicado equilibrio que sostiene la vida en nuestro planeta. La estructura de acero, fabricada por Timber Forge Woodworks, simboliza la fortaleza y fragilidad de los ecosistemas, mientras que las plántulas fueron suministradas por Pinelands Nursery, expertos en la reforestación de especies nativas.
El bosque suspendido no solo es un tributo a la naturaleza, sino también una advertencia sobre el impacto humano en los ecosistemas. Las palabras de Louie Andracchio, cofundador de Timber Forge, capturan la esencia de esta obra: “El Kokedama Forest es una manera increíblemente convincente de comunicar la importancia de respetar el mundo que nos rodea, así como lo que está debajo de nosotros”. Esta colaboración entre arte y naturaleza muestra de manera tangible cómo todos los elementos del planeta están interconectados y cómo el ser humano depende profundamente de estos sistemas para sobrevivir.
Reconocimientos y legado
El Kokedama Forest ha sido aclamado en diversos foros, obteniendo premios como la Medalla de Oro en el Philadelphia Flower Show 2021, el Governor’s Trophy al diseño más innovador y el Premio al Logro Especial en Creatividad otorgado por la GCFP. Además, fue nominado en 2022 por ArchDaily para el premio de Edificio del Año en la categoría de Instalaciones a pequeña escala.
Este reconocimiento no solo refleja la excelencia artística del proyecto, sino también su capacidad para conectar con las personas a un nivel profundo, invitándolas a reconsiderar su papel en la preservación del medio ambiente. Al final, el Kokedama Forest no es solo una obra de arte, sino una llamada urgente a la acción: proteger el suelo, la base de la vida, es proteger la biodiversidad y, en última instancia, el futuro del planeta.
Reflexión final: una obra para el futuro
La instalación del Kokedama Forest es un recordatorio visual y emocional de la importancia de cuidar nuestros ecosistemas desde lo más pequeño hasta lo más grandioso. En un momento donde los problemas ambientales ocupan un lugar central en la discusión global, proyectos como este nos ayudan a repensar nuestra relación con la naturaleza. La regeneración del suelo y la reforestación son acciones clave para mitigar el cambio climático y conservar la biodiversidad.
Este bosque flotante, más allá de su apariencia efímera, deja una huella duradera en la conciencia de quienes lo experimentan, resaltando la importancia de trabajar colectivamente hacia un futuro más sostenible.
Vía www.thenomadstudio.net