Oxynizer usa componentes accesibles y reutilizables, como la zeolita y el gel de sílice, lo que lo convierte en una opción sostenible y económica a largo plazo.
¿Qué es el Oxynizer?
Las enfermedades virales, como el COVID-19, están ocurriendo con mayor frecuencia, lo que provoca la saturación de los hospitales. Oxynizer es un generador de oxígeno que concentra entre 1,5 y 2 veces el oxígeno del aire ambiental, ayudando a pacientes en situaciones donde los recursos médicos son limitados. Este dispositivo puede combinarse con bombas y compresores según las necesidades del paciente, lo que lo hace especialmente útil en entornos donde el acceso a electricidad es limitado o inexistente.
Inspiración detrás de Oxynizer
Cada año, la falta de oxígeno cobra miles de vidas en todo el mundo. Durante la pandemia de COVID-19, muchas personas experimentaron dificultades respiratorias y fallecieron debido a la falta de un suministro oportuno de oxígeno. En África, por ejemplo, más de 130.000 personas murieron por no recibir oxígeno a tiempo. Sin embargo, este problema no es exclusivo de las pandemias: cada año, más de 25 millones de personas en todo el mundo mueren debido a un tratamiento insuficiente con oxígeno. Este panorama resalta la necesidad urgente de una solución que proporcione oxígeno en lugares con infraestructuras médicas inadecuadas o sin acceso a electricidad. Oxynizer fue creado con el objetivo de ofrecer oxígeno de calidad a todos, sin depender de energía eléctrica.
¿Cómo funciona?
El funcionamiento de Oxynizer se basa en tres etapas clave: compresión, filtración y renovación.
- Compresión: El aire se comprime a través de una estructura de mangueras.
- Filtración: El aire comprimido se seca utilizando gel de sílice y luego se filtra con zeolita, que elimina las moléculas de nitrógeno, lo que aumenta la concentración de oxígeno.
- Renovación: El nitrógeno acumulado se libera de nuevo a la atmósfera mediante una válvula de renovación, permitiendo así un funcionamiento continuo del dispositivo.
Proceso de diseño
El desarrollo de Oxynizer tomó cinco meses e implicó múltiples experimentos y verificaciones. El equipo eligió materiales que pudieran mantener la presión necesaria mediante una bomba manual, probando diferentes diámetros de materiales, como tuberías, objetos impresos en 3D, cilindros y mangueras de uretano. Se concluyó que una manguera de uretano de 8 mm era la más adecuada para mantener una presión estable.
Dado que Oxynizer no utiliza electricidad, se necesitó una estructura especial con válvulas de retención para que cada manguera funcionara como una cámara neumática. Además, para evitar la pérdida de presión debido a fugas, se adoptó un sistema de ajuste neumático. En cuanto al filtro, se realizaron pruebas para determinar las cantidades adecuadas de gel de sílice y zeolita, así como la longitud de la manguera, ya que estos factores afectan directamente la concentración de oxígeno. Los resultados mostraron que, cuando se introduce aire ambiental con una concentración de oxígeno del 20,9%, Oxynizer es capaz de generar hasta un 54% de oxígeno concentrado.
Tras consultar con profesionales médicos, se confirmó que el Oxynizer puede ser utilizado en el tratamiento de pacientes con síntomas leves. Actualmente, se están desarrollando dispositivos complementarios, como ventiladores, para expandir su uso en entornos médicos más amplios y complejos.
¿Qué lo hace diferente?
Oxynizer es un generador de oxígeno portátil y sostenible que no requiere electricidad, lo que lo hace único en su categoría. A diferencia de la mayoría de los generadores de oxígeno disponibles en el mercado, que dependen de instalaciones eléctricas, Oxynizer puede utilizarse tanto en interiores como en exteriores, lo que permite una respuesta rápida en situaciones de emergencia.
Su diseño incluye componentes fácilmente obtenibles y reemplazables, como mangueras universales, válvulas de neumáticos de bicicleta y máscaras médicas, lo que facilita su mantenimiento y reparación en áreas de difícil acceso. Además, su sostenibilidad radica en el uso de materiales como la zeolita, que es semipermanente, y el gel de sílice, que puede regenerarse a altas temperaturas, lo que reduce la necesidad de reemplazos constantes.
Dependiendo de la gravedad de la afección del paciente, Oxynizer se puede combinar con diferentes dispositivos, como una bomba de aire de bicicleta o una bomba de pedales, adaptándose así a una variedad de condiciones, desde dificultades respiratorias leves causadas por estrés, hasta enfermedades respiratorias crónicas como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) o el Síndrome de Dificultad Respiratoria Aguda (SDRA).
Planes futuros
Actualmente, Oxynizer puede generar una concentración de oxígeno de hasta un 54%, lo que lo hace útil en situaciones como exposición prolongada al calor, inhalación de gases tóxicos, enfermedades respiratorias, reacciones alérgicas o farmacológicas, estrés extremo y mareos provocados por movimientos físicos intensos.
Sin embargo, para aplicarlo en situaciones médicas más extremas, se necesita un dispositivo que funcione como un ventilador, capaz de mantener un flujo constante y una concentración de oxígeno durante todo el tiempo de operación. El equipo de Oxynizer está investigando esta área y espera implementar características más avanzadas que permitan una mayor capacidad de respuesta en diversas situaciones médicas en el futuro cercano.
Oxynizer es una solución innovadora, sostenible y crucial para abordar la crisis de suministro de oxígeno en países en desarrollo y en situaciones de emergencia donde la electricidad es limitada. Su diseño simple pero efectivo, junto con la posibilidad de agregar equipos adicionales, lo convierte en una herramienta vital para mejorar el acceso a oxígeno en todo el mundo.
Vía www.jamesdysonaward.org