El deporte, en armonía con el medio ambiente – TDI Colombia

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A través de la reducción de su impacto ambiental y el uso de su poder de influencia, el deporte puede alinearse con los objetivos de la COP-16, contribuir de manera significativa a un futuro más sostenible y seguir siendo un vehículo para el desarrollo social y humano.

Por Ricardo Rengifo Cruz PhD

Profesor Investigador de la Facultad de Ciencias de la Educación y del Deporte, miembro del Centro de Estudios e Investigación Olímpica y del grupo de investigación Educar 2030 de la Institución Universitaria Escuela Nacional del Deporte. Doctor en Educación, Magíster en Educación y Desarrollo Humano, Licenciado en Literatura. Ricardo.rengifo@endeporte.edu.co

El olimpismo, como filosofía de vida, promueve valores fundamentales de respeto, excelencia y solidaridad, y se articula en torno a la celebración de eventos deportivos a nivel global. Sin embargo, estas actividades, especialmente los Juegos Olímpicos, generan un impacto ambiental significativo debido al consumo de recursos, la construcción de infraestructuras y la movilización masiva de personas. En el contexto de la COP-16, celebrada por estos días en la ciudad de Cali, se hace evidente la urgencia de adoptar medidas sostenibles en todos los sectores, incluido el deportivo. 

El olimpismo, como ideología, constituye un vínculo con la sostenibilidad, ya que promueve el respeto entre culturas y la convivencia pacífica, valores que pueden extenderse también a la relación con el medio ambiente. En la Carta Olímpica se establece el compromiso del Comité Olímpico Internacional (COI) con el desarrollo sostenible, lo que subraya la necesidad de que el deporte se lleve a cabo en armonía con la naturaleza. Este enfoque ambiental es una extensión lógica de los principios del olimpismo y constituye una oportunidad para que el movimiento olímpico lidere la adopción de prácticas sostenibles en el ámbito deportivo.

La deportivización ha llevado consigo una industrialización del deporte a partir del desarrollo de eventos globales de gran escala, que requieren infraestructuras masivas, recursos energéticos y una logística compleja para atender a millones de personas. Estas actividades generan una huella de carbono considerable, además de residuos y daños en los ecosistemas locales. En la COP-16, los líderes mundiales abordaron por estos días en la zona azul de la ciudad de Cali, temas clave, como la reducción de emisiones y la transición hacia energías renovables, objetivos que son aplicables al contexto olímpico. Para cumplir con estos objetivos, el COI y los comités organizadores deben evaluar y mitigar el impacto ambiental de los Juegos, implementando políticas que promuevan la sostenibilidad.

La COP-16 marcó un punto de inflexión, al enfatizar la importancia de una agenda sostenible en todos los sectores. Esto nos lleva a pensar sobre algunas líneas para articular a futuras agendas, como son: 

Infraestructura verde: los estadios, villas olímpicas y otros espacios deportivos deben ser diseñados con principios de arquitectura sostenible, utilizando materiales reciclables, energías limpias y sistemas de eficiencia energética. El estadio olímpico de Tokio 2020, construido con un enfoque de sostenibilidad, es un ejemplo de cómo el olimpismo puede alinearse con estos objetivos.

Gestión de residuos: Los Juegos Olímpicos generan toneladas de residuos. Para reducir su impacto, es fundamental implementar programas de reciclaje, compostaje y reducción de plásticos de un solo uso. La COP-16 subraya la importancia de gestionar los residuos de forma sostenible, un compromiso que el COI puede asumir para los próximos eventos.

Movilidad sostenible: la COP-16 hizo énfasis en reducir las emisiones del transporte, uno de los principales generadores de gases de efecto invernadero. En este sentido, los Juegos Olímpicos pueden promover el uso de transporte público, bicicletas y sistemas de carpooling, además de reducir el número de vuelos internos mediante opciones de transporte terrestre sostenible.

Es por ello que el deporte tiene un alcance masivo y puede ser un agente transformador en la concientización ambiental.  La COP-16 destacó la educación ambiental como un pilar fundamental en la lucha contra el cambio climático. El olimpismo puede contribuir a esta meta a través de su programa de legado, que busca dejar beneficios duraderos en las ciudades anfitrionas. Una agenda sostenible no solo debe abarcar la organización de los Juegos, sino también el impacto posterior en las comunidades locales. Iniciativas como la reutilización de instalaciones deportivas, la reforestación y la educación en prácticas sostenibles pueden convertirse en parte del legado olímpico, promoviendo un modelo de desarrollo que beneficie, tanto a las personas, como al medio ambiente.

La Conferencia de las Partes (COP) es una cumbre global organizada por la ONU, cuyo objetivo principal es abordar y mitigar el cambio climático. En este contexto, el deporte emerge como una herramienta poderosa para promover la conciencia ambiental y reducir su propia huella de carbono. El deporte, a pesar de sus beneficios sociales y de salud, tiene un impacto ambiental considerable. Para lograr un cambio, es necesario repensar cómo se organiza y ejecuta el deporte en todos sus niveles, desde el recreativo hasta el profesional.

El deporte tiene una capacidad única para movilizar a las masas y actuar como plataforma para la concientización ambiental. Equipos, atletas y organizaciones deportivas pueden influir positivamente en sus seguidores y la sociedad en general. El poder de la industria deportiva para comunicar mensajes ambientales puede ser fundamental para educar sobre prácticas sostenibles, como la reducción de plásticos, la adopción de energías renovables y el respeto por los ecosistemas. En la COP-16 se debatió la necesidad de involucrar a todos los sectores en la lucha contra el cambio climático, y el deporte, en su papel de formador de valores, puede alinearse con esta meta. En esta COP-16 vimos mensajes no solo de mandatarios de diferentes países y delegaciones, sino de actores deportivos, como lo fue Leonel Messi o el papa Francisco, todos unidos para sacar nuestro planeta de la crisis global sobre el medio ambiente. 

Centro de Eventos Valle del Pacífico conocido como la Zona Azul en donde la Organización de Naciones Unidas (ONU) izó este lunes su bandera, con lo que este espacio se convierte en territorio internacional de paz. EFE/ Ernesto Guzmán.

La COP-16 destacó la urgencia de establecer compromisos globales para la sostenibilidad. Desde entonces, ha habido un impulso creciente para que el deporte se involucre en esta agenda. Iniciativas como el Pacto de Deporte y Cambio Climático de la ONU buscan que las organizaciones deportivas se comprometan a reducir sus emisiones y a actuar de forma responsable con el ambiente. La COP-16 representa un hito en la concienciación sobre el impacto ambiental de todas las actividades humanas y sirve de guía para que el deporte se integre en esta misión global.

El deporte es también una plataforma efectiva para la educación ambiental. Escuelas, ligas deportivas y organizaciones pueden promover valores sostenibles entre sus participantes. La COP-16 subrayó la importancia de la educación y la concienciación como herramientas para enfrentar el cambio climático. En el ámbito deportivo, esto puede traducirse en programas que promuevan prácticas de reciclaje, consumo responsable de agua y energía, y el respeto a la biodiversidad.

Este evento, que dejó al país en alto no solo por la biodiversidad que tenemos como país y la gran riqueza natural, sino por nuestro espíritu como colombianos y latinoamericanos, en Cali la Zona verde fue el gran epicentro de esta  COP-16 ya que permitió concientizarnos y recordar que nuestra casa, el planeta, necesita de acciones contundentes para mejorar nuestro futuro. 

El deporte, como fenómeno cultural y social, tiene la responsabilidad y el potencial de liderar esta transición hacia la sostenibilidad. A través de la reducción de su impacto ambiental y el uso de su poder de influencia, el deporte puede alinearse con los objetivos de la COP-16 y contribuir de manera significativa a un futuro más sostenible. Integrar la sostenibilidad en el ámbito deportivo no solo es posible, sino necesario, para que esta práctica se mantenga en equilibrio con el planeta y continúe siendo un vehículo para el desarrollo social y humano.