El antioqueño de 30 años consiguió el triunfo del Zozo Championship, en el PGA Tour, en Japón, para asegurar su tarjeta en el PGA Tour hasta 2026, además de la clasificación al Masters de Augusta 2025, PGA Championship 2025 y The Players 2025.
Por Luis Guillermo Montenegro
Periodista del diario El Espectador
La primera vez que Nicolás Echavarría fue a Japón se perdió. Estaba con un grupo de amigos golfistas que fueron a un torneo aficionado, ninguno hablaba el idioma y en un descuido de turistas terminaron dando una vuelta sin retorno. Angustia, ansiedad, desespero, frustración, múltiples sensaciones que, aunque en ese momento no entendía, terminaron formando su carácter. Probablemente ha sido uno de los viajes más traumáticos para él, pero que le enseñó a afrontar lo desconocido con valentía. Ahora, casi 10 años después, en este mismo país logró el título más importante de su carrera, el Zozo Championship del PGA Tour, su segunda victoria en el máximo escalón del golf mundial.
Desde temprana edad el golf se convirtió en el latido constante de su vida. Sus recuerdos más tempranos se entrelazan con el juego en sí, porque este era una tradición en su familia. Nico ha seguido los pasos de su abuelo, su padre y sus hermanos, uno de ellos, Andrés Echeverría, también fue profesional y estuvo cerca de llegar al PGA Tour.
Comenzó a jugar en el Club Campestre de Medellín, sede Llanogrande, guiado por su abuelo y Rogelio González, también formador de Camilo Villegas, su ídolo en el golf y quien en gran parte, además de su familia, lo motivó a querer ser golfista.
Este deporte no sólo le ha brindado desafíos y logros en la cancha, sino que también le ha otorgado experiencias únicas y conexiones personales que lo han llevado a ser el deportista que es hoy, uno de los tres máximos exponentes de este deporte en el país (junto a Camilo Villegas y Juan Sebastián Muñoz).
Gracias al golf estudió Relaciones Internacionales, becado en la Universidad de Arkansas, en Estados Unidos, encontrando un equilibrio entre su pasión por el deporte y su formación académica.
En el camino de cualquier deportista hay altibajos. Sin embargo, este paisa de 30 años confiesa que la experiencia y la determinación son guías esenciales en momentos difíciles. “Las pequeñas acciones pueden generar grandes cambios, y el golf me ha enseñado esta valiosa lección”.
En 2017, tras terminar su carrera, también se hizo profesional en el golf. Un año más tarde comenzó a participar en el PGA Tour Latinoamérica, circuito en el que logró dos triunfos en la temporada y se ganó la tarjeta del Korn Ferry Tour, segundo escalón del PGA. Cuatro años más tarde, logró la tarjeta del máximo escalón, en donde ya suma dos triunfos (Puerto Rico Open y Zozo Championship).
“Cada golfista tiene su propia fórmula para la excelencia, pero el apoyo de un equipo diverso es esencial. Preparadores físicos, profesores de juego corto y largo, psicólogos: todos contribuyen a que estemos en la mejor forma posible en el PGA Tour. Esto se convierte en la base del éxito”, explica Nicolás, quien con 30 años toda una carrera por delante.
“Aunque el golf es mi carrera, no define por completo quién soy. Disfruto de una vida plena y equilibrada, no solo como golfista sino como individuo. Mi compromiso con mi trabajo se entrelaza con mi deseo de vivir una vida feliz y satisfactoria”, afirma.
Además de sus padres y sus hermanos, Nicolás, desde 2015, cuenta con el apoyo de su novia Claudia Deantonio, venezolana que conoció en un torneo en Ecuador y que ha tenido la fortuna de acompañarlo en sus dos victorias en el PGA Tour.
Tras su triunfo en Japón, aseguró su tarjeta en el PGA Tour hasta 2026, además de la clasificación al Masters de Augusta 2025, PGA Championship 2025 y The Players 2025. Es el momento de Nico y él está dispuesto a seguir trabajando al parte mental y deportiva para dejar siempre en alto el tricolor nacional.
