La demanda iniciada en 2021 por Wolfire Studios y Dark Catt Studios contra Valve ha escalado a una demanda colectiva, lo que podría complicar la situación para la compañía. Esta acción legal acusa a Valve de utilizar su posición dominante en el mercado para mantener su tarifa del 30% sobre las ventas de juegos en Steam y dificultar el crecimiento de competidores. Ahora, cualquier desarrollador o empresa con sede en Estados Unidos que haya vendido contenido a través de Steam desde 2017 puede unirse a la demanda.
Aunque el caso fue inicialmente desestimado en 2021, una apelación permitió su reactivación. Desde entonces, Wolfire y Dark Catt han trabajado juntos en la acción legal, afirmando que las políticas de Steam suprimen la competencia en el mercado digital de juegos. El cambio a demanda colectiva podría aumentar la presión sobre Valve, especialmente si más desarrolladores se suman.
Valve está en problemas.
Si bien esta situación representa un desafío para Valve, no necesariamente acelerará los procedimientos ni garantiza un resultado inmediato. Sin embargo, un fallo adverso o un acuerdo legal podría obligar a la empresa a reconsiderar sus políticas de monetización. Actualmente, Steam cobra un 30% por la mayoría de las ventas, aunque puede reducir esa cifra según ciertos criterios de ventas. En comparación, competidores como Epic Games Store y Microsoft han adoptado tarifas más bajas, del 12%, aunque esto no ha logrado afectar la popularidad de Steam.
El desenlace de esta demanda podría tener consecuencias importantes para la industria de los videojuegos, especialmente en términos de cómo se gestionan las tarifas y el control de las plataformas digitales. Valve, por su parte, enfrenta uno de sus mayores desafíos legales hasta la fecha, con posibles consecuencias para su modelo de negocio y su posición en el mercado.
Fuente: Rock Paper Shotgun