La experiencia deportiva, en sus diferentes disciplinas, aborda espacios de crecimiento deportivo a través de la técnica y la superación constante de objetivos, marcas o récords. Sin embargo, previo al inicio de una competencia, ya sea deportiva o personal, el amor por lo que se hace representa la base sólida en la que se cimientan los sueños.
Precisamente, la etapa de enseñanza y formación representa una época de vital importancia para que los niños y niñas se enamoren del deporte, mas no para que lo perciban como una obligación. Andrés Pila, entrenador y arquero olímpico colombiano, destaca que el amor por el deporte representa el principal objetivo antes de una competencia deportiva.
“En este momento de su formación necesitamos crear una base sólida en ellos. Esta se refiere a conocer aspectos como la técnica, lo que representa el tiro con arco, a dónde se puede llegar con el deporte y conocer todo lo que son las partes del arco, o sea, lo que es una pala, una mira, un estabilizador, para qué sirve, en qué momento se puede usar”, expresa con vehemencia el profe Andrés.
La base sólida durante la formación deportiva representa un puente directo con el futuro atleta, ya que, partiendo de unos cimientos estables y constantes, los deportistas se adjudicarán herramientas claves para alcanzar el alto rendimiento, para obtener un desarrollo más constante y un claro avance en sus resultados.
Este punto no hace parte exclusivamente de la arquería, pues es una parte fundamental de todas las actividades deportivas al desarrollar disciplina, perseverancia y resiliencia en quienes las practican. No obstante, es evidente que todos los deportes brillan gracias a sus particularidades, a esas diferencias que hacen parte intrínseca de cada uno.
“La arquería es diferente a los demás deportes al manejar mucha concentración y coordinación, algo que termina siendo casi que perfecto, algo muy presente, por ejemplo, en el arco recurvo. Entonces, en este deporte del 50 al 70% corresponde a una técnica muy bien definida por parte del arquero y que conozca el paso a paso para hacerlo”, destaca el profesor Andrés sobre una disciplina en la que se marcan las diferencias incluso antes de disparar.
El hecho de realizar los recorridos constantes por las flechas una vez disparadas, la posición adecuada del cuerpo, la postura y la correcta apertura del arco demuestran una diferencia entre los arqueros, entre la pasión para aprender en el deporte o la frustración por fallar en el intento. Para el profesor Andrés, este aspecto también involucra a los padres de los deportistas: “Con ellos se necesita formación del entrenador, pero también es necesario mucho apoyo de los papás porque muchas veces los niños quieren entrenar el deporte, pero los papás no tienen la disposición o, de pronto, ese amor al deporte”.
Allí también radica una de las principales motivaciones de la Escuela de Talentos, ya que el apoyo en las etapas formativas de los deportistas es fundamental para la reserva deportiva de nuestro país, para el crecimiento del deporte y para una proyección cada vez mayor como potencia de la región. Además, la formación integral de los niños y niñas precisa de componentes tanto técnicos como valores y principios personales. Estos aspectos también marcan la diferencia al momento de afrontar lo que sucede dentro y fuera de la zona de disparo.
El profe Andrés también resalta que la metodología que se maneja con los niños debe ser divertida, pues no son solo disparos a la diana, son espacios para divertirse, crecer y compartir con los demás: “La idea es divertir a los niños para que no se aburran de las actividades que estamos haciendo, pues si nosotros los instruimos a disparar y disparar todos los días, ellos pierden la actitud por practicar el deporte”.
La línea de tiro es ese espacio en el que no solo se dispara con técnica y precisión, allí también se escribe la historia de todo un país gracias al proceso de un atleta forjado desde las etapas de formación. “El deporte representa una de las vías más importantes para adquirir disciplina, para tener bases para afrontar lo que suceda en el día a día”, puntualiza Andrés Pila con una sonrisa.
Previo a competir, se necesitan bases sólidas, amor por el deporte, disciplina en los entrenamientos y una resiliencia constante ante las situaciones. Aquí también radica un reconocimiento de la excelencia como personas, pues esta integra el desarrollo de todas las facetas como ser humano.
“Esta es una gran oportunidad para los niños, ya que anteriormente no se veían estos programas de masificación y desarrollo de escuelas liderado por instituciones como el Ministerio de Deportes y Comité Olímpico. La verdad que la Escuela de Talentos representa una oportunidad para esas generaciones venideras”, comenta el profe Andrés sobre la importancia de tener oportunidades en el deporte.
La competencia deportiva representa una nueva oportunidad, un espacio para evidenciar el avance en cada deportista. Sin embargo, este proceso no estaría presente sin las bases, los valores, la técnica, y la superación personal, pues la formación integral es el soporte principal para la competencia de los atletas del mañana.