La próxima semana, la Cámara de Representantes de Estados Unidos votará un proyecto de ley de defensa que incluye una inversión de 3.000 millones de dólares para ayudar a las empresas de telecomunicaciones a retirar equipos de Huawei y ZTE, señalados como un «riesgo para la seguridad nacional». Esta medida forma parte de un programa de «quitar y reemplazar» para eliminar la infraestructura china en redes estadounidenses, que ya fue estimado por la FCC en un costo total de 4.980 millones de dólares. Aunque el monto no cubre el gasto total, sí representa un aumento respecto a los 1.900 millones previamente aprobados.
El proyecto también trata otros temas relacionados con China, como sus esfuerzos para evitar regulaciones de seguridad y una evaluación de sus capacidades en biotecnología. La presidenta de la FCC, Jessica Rosenworcel, advirtió que sin fondos adicionales, 126 operadores rurales que dependen de estos equipos podrían enfrentar cierres, dejando a muchas comunidades sin servicio básico, como el acceso al 911.
Estados Unidos vs. China continúa.
Esta situación refleja un conflicto ya vivido en Europa desde 2019, cuando Estados Unidos instó a reducir la dependencia de Huawei pese a que la empresa lideraba en tecnología 5G con soluciones más económicas y avanzadas. Muchos países europeos, incentivados por subvenciones, comenzaron a reemplazar sus equipos por alternativas de Ericsson, Nokia y Samsung, aunque el progreso ha sido lento y costoso, retrasando el despliegue del 5G.
Eliminar por completo la infraestructura china sigue siendo un desafío global. Los altos costos de reemplazo, la posibilidad de aumentos en las tarifas para los consumidores y el impacto en el desarrollo tecnológico son factores que complican la transición. Sin embargo, tanto en EE.UU. como en Europa, la prioridad parece ser garantizar la seguridad nacional sobre la eficiencia económica y tecnológica que Huawei y ZTE ofrecían.
Fuente: WCCFTech