Este 4 de abril de 2025, Microsoft celebra su 50 aniversario en un momento clave de transformación tecnológica. Lo que comenzó como una startup de dos jóvenes programadores en un garaje de Albuquerque, hoy es uno de los imperios tecnológicos más influyentes del planeta. Desde que Bill Gates y Paul Allen fundaron la compañía en 1975, Microsoft ha sido protagonista de logros que marcaron el rumbo de la computación personal: desde el lanzamiento de Windows, hasta la popularización de herramientas como Office y el crecimiento imparable de Microsoft Teams, que ahora suma más de 320 millones de usuarios diarios.


Microsoft cumple 50 años.
En las últimas décadas, Microsoft ha sabido adaptarse a las nuevas olas tecnológicas, y bajo el liderazgo de Satya Nadella, ha apostado con fuerza por la computación en la nube y, más recientemente, por la inteligencia artificial. Hoy, herramientas como Copilot ya están integradas en los flujos de trabajo de millones de personas, automatizando tareas como la redacción de correos, el análisis de datos o la generación de contenido.


Microsoft es actualmente la tercera empresa más valiosa del mundo, solo detrás de Apple y NVIDIA. Pero su influencia va más allá del valor de mercado: más de 1.400 millones de PCs usan Windows, y en países como Alemania, el 96% de las agencias gubernamentales utilizan software de la compañía. Esta profunda dependencia tecnológica ha generado lo que expertos llaman un “efecto de bloqueo”: una vez dentro del ecosistema de Microsoft, resulta difícil y costoso para las instituciones cambiar a otra plataforma, lo que refuerza aún más el dominio del gigante tecnológico.


Además de fortalecer su presencia en el sector empresarial y gubernamental, Microsoft ya ha dado pasos hacia el futuro de la computación. En febrero presentó el chip cuántico Majorana 1, un avance que promete resolver problemas industriales complejos en años en lugar de décadas. También ha invertido miles de millones en centros de datos y en el desarrollo de chips de IA propios, reforzando su ambición de ser el referente absoluto en infraestructura tecnológica para la era de la inteligencia artificial.


Aunque Microsoft asegura que su objetivo es aumentar la productividad y facilitar el trabajo, muchos expertos advierten sobre los riesgos de concentración de poder. Las medidas antimonopolio no bastan si no se fortalecen alternativas viables. A sus 50 años, Microsoft se enfrenta a su mayor reto: demostrar que su dominio global puede traducirse en innovación abierta y ética en lugar de dependencia y control absoluto.
Fuente: Microsoft