Google pagó a Samsung para usar Gemini en Galaxy

Google ha confesado que pagó a Samsung para que sus smartphone Galaxy incluyeran de fábrica Gemini, su asistente basado en IA. Esta revelación se dio en el marco de la demanda antimonopolio del Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ), que busca demostrar que la empresa ha mantenido su posición dominante en el mercado mediante acuerdos financieros que limitan la competencia. La confesión fue realizada por Peter Fitzgerald, vicepresidente de plataformas y dispositivos de Google.
El pago a Samsung habría comenzado en enero de 2025, con una estructura que combinaba una tarifa mensual fija con una porción de los ingresos generados por la publicidad ligada a Gemini. Este tipo de acuerdos, según el DOJ, impiden el surgimiento de alternativas competitivas, al hacer que los productos de Google estén preinstalados de forma predeterminada en millones de dispositivos Android. Esto refuerza los argumentos de que la compañía está usando su poder económico para bloquear el acceso de otros desarrolladores y asistentes de IA al mercado masivo.
Google le pagó a Samsung para que usen Gemini.
Este no es el primer caso de este tipo. Ya en años anteriores, Google había pagado hasta 8.000 millones de dólares a Samsung para que Google Assistant y la Play Store fueran las apps predeterminadas en los móviles Galaxy. En ambos casos, el objetivo parece ser el mismo, y es mantener su ecosistema como el estándar por defecto en los dispositivos más vendidos del mundo.
El DOJ ha usado estas prácticas como evidencia clave en su argumento de que Google ejerce un control excesivo sobre el ecosistema digital, desde los motores de búsqueda y navegadores, hasta los sistemas operativos móviles y ahora también los asistentes de IA. La presión legal también busca que Google modifique su modelo de negocio, incluso llegando a sugerir la venta de Google Chrome o la separación de su división de publicidad digital para fomentar una competencia más justa.
Mientras tanto, Google se defiende asegurando que sus acuerdos son legales y que los usuarios siempre tienen la opción de cambiar sus aplicaciones predeterminadas. Sin embargo, el impacto de estas revelaciones no es menor. En un contexto donde la inteligencia artificial está marcando el futuro de la interacción digital, el control de su acceso y distribución se ha convertido en un nuevo campo de batalla regulatorio.
Fuente: Bloomberg
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