El sacerdote Ibrahim Amos recuperó su libertad luego de haber sido secuestrado el 24 de abril en su residencia parroquial en Kurmin Risga, Nigeria.
Ariana Pernía Paolini – Ciudad del Vaticano
El párroco de la iglesia San Gerald Quasi, que fue raptado por un grupo de bandidos durante la madrugada del jueves 24 de abril en una aldea ubicada al noroeste de Nigeria, fue puesto en libertad, según el comunicado oficial de la diócesis de Kafanchan.
Asimismo, el canciller de la diócesis de Kafanchan, el presbítero Jacob Shanet, indicó que el cura Amos “regresó ileso a casa”, al tiempo en que agradeció a los feligreses por sus oraciones en lo que describió como “un momento tan oscuro y terrible”.
Uno de tantos secuestros
Sin embargo, este no se trata de un caso aislado, sino que forma parte de un conjunto de crímenes y secuestros que asedian al estado de Kaduna desde hace meses; de acuerdo a la Agenzia Fides, el sacerdote y párroco de la iglesia de Santa María Tachira, Sylvester Okechukwu, fue secuestrado y asesinado en la misma región.
Tal situación logró atraer la atención del difunto Papa Francisco, quien durante su reflexión luego del Ángelus del 25 de febrero del 2024, manifestó su inquietud ante el incremento de los secuestros en el país africano: