En la Plaza Cavour, a pocos pasos de la basílica vaticana, se celebró la misa, presidida por el pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, que concluyó el evento jubilar que inició ayer con una fiesta en Trastevere. Miles de participantes de 90 países, vestidos con trajes y portando instrumentos tradicionales, desfilaron hacia la Plaza San Pedro para participar en la Regina Caeli de Papa León XIV.
Vatican News
Tambores y panderetas calabresas, trompetas y trombones de las bandas de pueblos o bandas militares, guitarrón y jaranas de los mariachis mexicanos. La música de instrumentos provenientes de toda Italia y del mundo resonó esta mañana en la Plaza Cavour, un lugar en el centro de Roma a pocos pasos de la Basílica de San Pedro. En esta gran plaza, al pie del Palacio de Justicia, se celebró hoy la Misa para todos los participantes del Jubileo de las Bandas Musicales y del Espectáculo Popular, que comenzó ayer, 10 de mayo, con una gran fiesta en el barrio de Trastevere.
El desfile hacia la Plaza San Pedro
Otra celebración fue la misa de hoy, que se desarrolló previo al Regina Caeli presidido por el Papa León XIV, en la que participaron todos los presentes en el evento jubilar, provenientes de 90 países, quienes desfilaron hacia la Plaza San Pedro con sus trajes típicos e instrumentos musicales, en una colorida “procesión” a lo largo de Via della Conciliazione. La misa fue presidida por el arzobispo Rino Fisichella, pro-prefecto del Dicasterio para la
Evangelización y organizador del Jubileo, quien expresó su gratitud a todos los integrantes de las bandas y representantes del espectáculo popular porque, comentó, “hemos llenado de alegría nuestra ciudad, Roma, estando en tantas plazas y ofreciendo espectáculos, con nuestros juegos, nuestra alegría, nuestros cantos y nuestra música. Gracias por haber participado en esta iniciativa”.
Progresar en el bien
En su homilía Fisichella, citando uno de los discursos de San Agustín, afirmó: “Aquello que ustedes hacen con tanto entusiasmo, con tanta pasión, puede convertirse en música, en canto que llegue a los oídos de Dios. Es siempre el Santo Obispo quien nos lo recuerda”. “Canta, toca, pero camina cantando y tocando, consolado por el esfuerzo, pero nunca ames la pereza”, añadió el prelado. Canta, toca y camina, ¿y qué significa caminar? Avanzar en el bien. Si progresas, si creces, si te haces cada vez más grande, entonces estás caminando, pero debes progresar en el bien, en la fe recta, en la buena conducta”.