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Nuevo estudio estima que 8.500 toneladas de antibióticos, casi un tercio de lo que la gente consume anualmente, terminan en ríos de todo el mundo

Nuevo estudio estima que 8.500 toneladas de antibióticos, casi un tercio de lo que la gente consume anualmente, terminan en ríos de todo el mundo


Muestra de agua
Muestra de agua. Imagen: Mr_Mrs_Marcha Shutterstock

Los antibióticos provienen de hospitales, hogares y plantas farmacéuticas. Las plantas de tratamiento de aguas residuales no logran eliminarlos completamente.

  • 8.500 toneladas de antibióticos al año en ríos.
  • Plantas de tratamiento no filtran estos residuos.
  • Impacto ecológico grave, incluso a bajas concentraciones.
  • Amoxicilina, el contaminante más común.
  • Asia del Sur, la región más afectada.
  • Riesgo de bacterias resistentes a antibióticos.
  • Urgente mejorar tratamiento de aguas.

Detectan antibióticos humanos en ríos del mundo

La contaminación de ríos con antibióticos se ha convertido en una amenaza silenciosa y creciente para la salud humana y la biodiversidad acuática. Un estudio liderado por la Universidad McGill estima que cada año llegan a los ríos unos 8.500 toneladas de antibióticos, lo que representa casi un tercio del consumo global humano.

Un problema invisible pero persistente

Los sistemas de tratamiento de aguas residuales no eliminan completamente los antibióticos. Residuos provenientes de hospitales, hogares y la industria farmacéutica pasan a los ríos, donde se acumulan con el tiempo.

Aunque las concentraciones en muchos casos son bajas y difíciles de detectar, la exposición crónica y acumulativa genera riesgos significativos. Se alteran los ecosistemas microbianos acuáticos y se favorece el desarrollo de bacterias resistentes, que pueden afectar tanto a animales como a personas.

Impactos ecológicos y sanitarios

A bajas concentraciones, los antibióticos afectan a peces, algas y comunidades microbianas, rompiendo los equilibrios ecológicos. El estudio indica que estas alteraciones pueden propagar la resistencia a antibióticos, una de las amenazas sanitarias más serias a nivel mundial.

Amoxicilina: el contaminante dominante

La amoxicilina, uno de los antibióticos más recetados, es también uno de los más presentes en ríos. El estudio utilizó un modelo global respaldado por datos de 877 sitios fluviales, que detectó niveles alarmantes, especialmente en Asia del Sur, donde los sistemas de saneamiento son inadecuados y el uso de antibióticos sigue aumentando.

Consecuencias no intencionadas del uso médico

Los antibióticos salvan vidas, pero su uso conlleva consecuencias ambientales imprevistas. Los investigadores no proponen dejar de usarlos, sino gestionar mejor sus residuos para evitar impactos secundarios en el ambiente.

Fuentes subestimadas: ganadería e industria

El estudio solo considera el consumo humano. Sin embargo, se sabe que la ganadería intensiva y las fábricas farmacéuticas también vierten residuos antibióticos, lo que agravaría aún más el problema si se incluyeran estos datos.

Zonas más contaminadas del mundo

India, China y Pakistán concentran el 47% de los ríos con mayores niveles de antibióticos. En estas regiones densamente pobladas, unos 750 millones de personas viven cerca de ríos contaminados, lo que representa un riesgo sanitario directo.

Vigilancia y tratamiento: claves para la solución

La implementación de programas de monitoreo permite detectar áreas críticas y actuar rápidamente. No basta con detectar: es imprescindible modernizar las plantas de tratamiento de aguas, especialmente en zonas con infraestructuras obsoletas o inexistentes.

Los sistemas avanzados de filtrado pueden reducir drásticamente las concentraciones de antibióticos, protegiendo tanto a los ecosistemas como a las personas.

Modernizar y ampliar las tecnologías de tratamiento de aguas residuales representa una oportunidad clave para avanzar hacia un futuro sostenible:

  • Previene la aparición de superbacterias, reduciendo riesgos globales de salud pública.
  • Protege la biodiversidad acuática, base de múltiples cadenas alimentarias.
  • Fomenta la innovación en ingeniería ambiental, integrando soluciones como biorreactores, ozonización y nanofiltración.
  • Reduce el impacto químico acumulativo en entornos ya contaminados.
  • Permite el reúso seguro de aguas tratadas, vital en regiones con estrés hídrico.
  • Contribuye a un desarrollo urbano más resiliente, especialmente en ciudades de rápido crecimiento.

Invertir en esta área no solo mitiga daños, sino que convierte un problema ambiental en una palanca para transformar infraestructuras obsoletas y construir un modelo más circular y limpio.

Vía www.mcgill.ca

Más información: Antibiotics in the global river system arising from human consumption | PNAS Nexus | Oxford Academic



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