La situación actual del mercado de hardware para PC es todo menos alentadora, especialmente cuando hablamos de placas madre de gama alta. Los últimos datos proporcionados por Mindfactory reflejan con crudeza una tendencia clara, y es que los usuarios están priorizando componentes clave como las tarjetas gráficas y dejando de lado las placas madre más costosas, incluso dentro del ecosistema de AMD, que domina actualmente el sector frente a Intel.
En la semana 19 del año, AMD logró acaparar el 87,36% de las ventas de placas madre, frente a un modesto 12,64% de Intel. Este liderazgo aplastante también se refleja en los ingresos, y 88,61% del total va para AMD, pese a que sus placas tienen un precio promedio más alto (174 dólares frente a los 155 de Intel). Sin embargo, este dominio no se está traduciendo en ventas de modelos tope de gama como los basados en chipsets X670E o X870, que apenas suman un 14,8% combinados.
Las placas madre de gama alta caen en ventas.
En contraste, los chipsets B650 y B850 dominan con claridad. El B650, en particular, se lleva el 64,2% de las ventas, dejando claro que el consumidor busca eficiencia, compatibilidad y precio competitivo, sin necesidad de pagar de más por características que muchas veces no aprovecha. En este contexto, procesadores como el Ryzen 7 7800X3D o el Ryzen 7 9800X3D se posicionan como los favoritos. Potentes, eficientes y bien equilibrados con placas madre de gama media.
El desequilibrio también se debe a la prioridad que los jugadores y entusiastas dan a las GPUs, donde los modelos de gama media-alta y alta concentran gran parte del gasto. Con precios de GPU por las nubes, la inversión en placas madre más sencillas se vuelve una necesidad, no una elección caprichosa. Esto empuja a los fabricantes a replantearse si las placas premium, con precios que superan los 500 o incluso los 1.000 dólares, siguen teniendo lugar fuera de nichos muy específicos.
Si esta tendencia continúa, podríamos ver un futuro en el que estos modelos se conviertan en productos aún más minoritarios, reservados casi exclusivamente para overclockers, entusiastas extremos o quienes buscan configuraciones de lujo. En un momento donde el equilibrio del presupuesto es clave, el usuario parece tener claro qué priorizar, con la GPU primero, CPU eficiente y placa lo suficientemente buena para soportarlo todo.
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