El Pontífice, tras su discurso a los representantes de los medios de comunicación de todo el mundo recibidos en el Aula Pablo VI, quiso saludar a algunos grupos de periodistas. Como regalo, una bufanda de los Andes de Perú y una reliquia del Papa Luciani, después la propuesta de un partido de tenis: «Mientras no esté Sinner» y preguntas sobre los viajes a Fátima y Nicea. «No somos enemigos sino sus aliados».
Salvatore Cernuzio – Ciudad del Vaticano
Una bufanda de alpaca de los Andes peruanos, la foto junto a una periodista con un traje blanco casi ‘papal’, el regalo de una reliquia del Papa Luciani, la propuesta de un partido de tenis (uno de sus deportes favoritos), la pregunta sobre el posible viaje a Nicea y el viaje a Fátima que le hubiera gustado hacer como cardenal. Se esperaba el besamanos, en fila, uno a uno, pero en su lugar el Papa León XIV bajó las escaleras del escenario del Aula Pablo VI y fue él mismo a saludar a las primeras filas de periodistas -representantes de los medios de comunicación de todo el mundo- recibidos hoy en señal de agradecimiento por el gran trabajo de cobertura realizado desde la muerte del Papa Francisco hasta el Cónclave y su elección.
¿Un partido de tenis?
Fotos, regalos, firmas de autógrafos, bendiciones, durante la larga vuelta del Pontífice entre los vaticanistas de varias lenguas y periódicos, e incluso algún comentario ingenioso. Como el de un posible partido de tenis benéfico, propuesto por Inés San Martín, responsable de comunicación de las Obras Misionales Pontificias: «¡Sería bonito hacer un partido, yo lo organizo!». Ah, sí, es de veras una buena idea. Basta que non traigas a Sinner», replicó el Papa, dando a entender que temía el talento del campeón italiano.
Un regalo en memoria del Papa Luciani
El Papa León XIV aceptó con gratitud el regalo de Stefania Falasca, columnista del diario Avvenire y postuladora de la causa de canonización de Juan Pablo I, quien donó una pequeña reliquia del Beato Luciani, que hizo suyo el «Sermo humilis» de San Agustín para que el mensaje de salvación llegara a todos. Luciani, que en su juventud hubiera querido ser periodista, decía: «Incluso con la pluma se puede hacer mucho bien».
Fotos y regalos
Numerosas cartas y tarjetitas fueron entregadas al Pontífice, que suscitó un espontáneo «oooh» de la multitud cuando repitió el saludo en lenguaje de signos que le mostró Sor Veronica Donatello, responsable del Servicio para la Pastoral de las Personas con Discapacidad de la Conferencia Episcopal Italiana. Durante unos instantes, el Papa Prevost se entretuvo con la corresponsal de Tv2000 Cristiana Caricato, que bromeó sobre su traje completamente blanco y sus zapatos rojos: «Tengo un vestido blanco, lo sé, pero no tengo ambiciones de Papa». «No, es lindo», dijo Leone, pidiendo hacerse una foto junto a la vaticanista. Y lo mismo hizo con la periodista Paola Ugaz, conocida en Perú por su investigación sobre el movimiento Sodalicio, que le regaló una bufanda multicolor de lana de alpaca de las tierras andinas. Aquellas en las que el Pontífice fue misionero durante unos veinte años. El Papa se la puso al cuello para la foto, y luego saludó a un grupo de peruanos que le mostraban su bandera en el ordenador.
Estados Unidos, Fátima, Nicea
Y si a su colega estadounidense, que le preguntó si estaba previsto un viaje a casa (a Estados Unidos) «pronto», León XIV respondió «no pronto», a la periodista portuguesa Aura Miguél, que recordó la fiesta de Nuestra Señora de Fátima mañana, 13 de mayo, el Papa respondió en cambio: «Sí, el cardenal Prevost tenía previsto ir (a Fátima) pero los planes han cambiado». Siguiendo con el tema de los viajes, algunos periodistas preguntaron al Pontífice si se llevará a cabo el famoso viaje a Nicea, Turquía, con motivo del 1700 aniversario del Concilio, que el Papa Francisco ha deseado muchas veces y en muchas ocasiones. León XIV se mostró abierto a la posibilidad.
Compañeros de viaje
Por parte de algunos periodistas, por fin, una manifestación de intenciones: «No somos sus enemigos sino que queremos ser sus aliados y compañeros de viaje, y si algún día quiere, nos gustaría que nos escuchara».