Los obispos europeos y africanos llaman a los políticos de ambos continentes al respeto mutuo en nombre de la justicia: Europa debe trabajar unida para apoyar la solidaridad y promover el desarrollo
Vatican News
Entre la Unión Europea y la Unión Africana, se necesita “una asociación renovada, justa y centrada en las personas” para responder al riesgo de que “los cambios recientes en las relaciones entre la UE y la UA” puedan “eclipsar la promoción de la solidaridad y el desarrollo humano sostenible en favor de algunos intereses económicos y geopolíticos bien definidos”. Es la petición de la COMECE, la Comisión de Conferencias Episcopales Europeas, y del SECAM, el Simposio de Conferencias Episcopales de África y Madagascar, que, en una declaración conjunta titulada “Porque sabemos que las cosas pueden cambiar”, manifiestan su preocupación en vista de la reunión de ministros de Asuntos Exteriores europeos y africanos, prevista en Bruselas el 21 de mayo. «África —dice el mensaje— no necesita caridad ni ser un campo de batalla para intereses externos. Necesita justicia y una alianza basada en el respeto mutuo, la gestión ambiental y la dignidad humana como prioridad».
Las directrices
Los obispos africanos y europeos indican pues a los responsables políticos de ambos continentes cuatro puntos fundamentales sobre los que basar acciones y líneas de conducta. Partiendo de la petición de “reorientar las políticas para proteger los ecosistemas y las comunidades africanas de prácticas explotadoras”, la Comece y la Secam instan a promover la “agroecología”, la protección de los “sistemas de semillas gestionados por los agricultores” y la prohibición del uso de “pesticidas altamente peligrosos exportados a África”. Luego pide “poner fin al acaparamiento de tierras” y “proteger los sistemas de propiedad comunal respetando el carácter sagrado de la tierra”. Por último, la indicación es «apoyar una visión de asociación basada en la dignidad de todas las personas, el respeto mutuo y la ecología integral».
Una asociación equitativa
Por lo tanto, la advertencia es evitar «iniciativas que corren el riesgo de replicar los modelos extractivos del pasado, privilegiando los objetivos corporativos y estratégicos europeos por encima de las necesidades y aspiraciones reales de los pueblos africanos». «África y Europa —es la conclusión— podrían convertirse en los motores de una revitalización de la cooperación multilateral al fortalecer sus vínculos de larga data, marcados por nuestras raíces comunes y proximidad geográfica […], hacia una asociación justa y responsable que priorice a las personas».