Cuando uno piensa en juegos como los primeros Grand Theft Auto, lo primero que viene a la cabeza es ese mapa desde arriba, el caos en las calles y una ciudad con mucho movimiento a pesar de su simpleza. Bueno, The Precinct toma esa idea y le pone una gorra de policía. Este juego, que llama la atención por su propuesta retro pero moderna, nos pone del otro lado de la ley, en vez de causar el caos, acá tenés que controlarlo.
Detrás de este juego está Fallen Tree Games, el mismo estudio que en su momento lanzó American Fugitive. La conexión entre ambos es clara, pero también lo es la diferencia, si antes éramos el fugitivo que huía de todo, ahora somos el que lo persigue. Sí, en este juego tomás el rol de la ley, y eso ya cambia todo el enfoque.
¿De que va todo?
No quiero spoilear nada importante, pero al mismo tiempo quiero que entiendas de que va todo. Averno City, 1983, el crimen está completamente desatado. Robos, allanamientos, autos robados, armas ilegales, drogas, contrabando, violencia entre pandillas. Frente a esta ola de delitos, la única barrera es la policía de la ciudad, el ACPD, o Departamento de Policía de Averno City, que hace lo que puede para mantener el orden.
Uno de esos oficiales que sueña con traer la paz a esta ciudad es Nick Cordell Jr., una persona que parece estar en este camino por orden del destino. Su padre fue jefe del ACPD, hasta que lo asesinaron en circunstancias muy misteriosas hace cinco años. Hoy, siendo el más joven de toda la fuerza, Nick carga con la responsabilidad de probar su valor. Pero pronto va a descubrir que las cosas en las sucias y brillantes calles de Averno City no son tan simples.
Mucho ambiente neo-noir
Antes de que dispares un arma, antes de que manejes un patrullero o escuches una sola sirena, The Precinct tiene algo que te atrapa enseguida. Averno City, es una ciudad que no parece parte de un mapa, sino salida de un sueño neo-noir. Desde que lo vemos por primera vez, se entiende que este lugar tiene vida propia. Y no una vida sana, precisamente, la ciudad esta podrida por dentro.
El estilo neo-noir esta en todo, las calles brillan bajo las luces de los carteles. Todo parece sacado de una película de los años 80. Manejás por avenidas llenas de luces, pero al doblar una esquina podés terminar en un barrio industrial abandonado, o en un callejón donde la oscuridad traga todo. Cada zona tiene su carácter, su atmósfera, su peligro.
En cuanto al sonido, cumple, pero no es tan notorio como lo visual. La ambientación sonora funciona, tenemos momentos en donde la música sube la tensión o desaparece cuando solo estás patrullando. La ciudad suena vacía cuando más hace falta, faltan voces, gritos, falta mucha vida. Las personas que vemos por las calles no reaccionan, los criminales apenas tienen gestos y muchas veces los diálogos son reemplazados por texto. Cuando estás en plena persecución y solo se escucha el motor del auto, falta algo.
Hablando del aspecto tecnico, The Precinct es perfecto, sin problemas. Corre fluido, sin caídas de rendimiento, hasta cuando hay explosiones o persecuciones a toda velocidad. Quizás, pero es mi caso, lo que me molesto es la cámara, que cuando vas manejando a toda velocidad persiguiendo a un sospechoso, la cámara puede girar sola para mostrarte algo desde otro ángulo, pero eso hace que no veas bien la calle, los obstáculos, o lo que tenés enfrente. Es como si justo en el momento más complicado alguien te moviera la cabeza sin avisarte.
Esto no opaca lo que es el juego en si, quiero aclarar esto pero, es lo que yo sentí cuando lo jugué.
Jugabilidad
La jugabilidad de The Precinct es clara y adictivo, patrullar, responder, investigar. Parece sencillo, pero en esta ciudad todo puede salir mal en cualquier momento. Podés recorrer las calles a pie, entre los barrios más turbios, o subirte al patrullero, luces encendidas y sirenas. Si querés tener la vista del caos desde el cielo, podés volar en helicóptero y seguir criminales desde lo alto.
Pero Averno no te deja pasear tranquilo. El crimen acá no tiene horario, aparece cuando menos lo esperás. A veces te llaman desde la central para atender una emergencia, otras veces simplemente doblás una esquina y estás en medio de un tiroteo entre pandillas, un robo armado o un ladrón que sale corriendo. Cada encuentro te exige pensar rápido y actuar.
Y ahí entra en juego un sistema interesante, arrestar no es apretar un botón y ya está. Acá no se premia la brutalidad, todo lo contrario, si te pasás de la raya, perdés puntos de experiencia y chances de subir de rango. Tenés que actuar con la cabeza, leerle los derechos al sospechoso, justificar tu accionar, y hasta convencerlo de que se rinda. Claro, cuando el diálogo no funciona, llegan las persecuciones. Las persecuciones en auto no te dan respiro, calles angostas, el tráfico como obstáculo constante. Aprendés a conocer cada atajo y cada esquina no por el mapa, sino porque te jugaste la vida.
Averno está llena de bandas criminales, y vos podés investigar sus movimientos, juntar pistas y armar tu propio caso. Lo que parecía un robo aislado se conecta con algo más grande, y poco a poco te vas metiendo en una red de crimen organizada donde el trabajo policial se vuelve más detectivesco.
Tu compañera o compañero de patrulla a veces te salva y otras se queda mirando como un NPC sin alma mientras te rodean a te tirotean. Lo mismo pasa con el sistema de delitos, te pueden llamar a un nuevo crimen mientras estás terminando de arrestar a alguien, y te obligan a soltar todo como si no importara. Eso rompe un poco la lógica del buen policía que el juego tanto quiere promover.
La magia es que podés estar multando a alguien por tirar basura y, dos minutos después, estamos pisando el acelerador en una persecución con el parabrisas lleno de balas. Cuando terminamos todo esto, vamos a la comisaria o precinto en el juego, contás los puntos ganados y los usás para mejorar tus habilidades, combate, conducción, fuerza física o técnicas policiales.
El policía que vos querés ser
A medida que patrullás, perseguís y resolvés casos en The Precinct, no solo ganás experiencia, vas construyendo tu propio estilo como oficial de policia. Todo lo que hacés en las calles de Averno, desde arrestar a un sospechoso hasta cerrar un caso, te suma puntos de experiencia. Esos puntos son tu herramienta para crecer.
Cada vez que subís de nivel, conseguís puntos de habilidad que podés invertir en una de cuatro áreas clave, Fuerza Física, Técnicas Policiales, Conducción y Combate. Y lo mejor es que no hay un único camino, sos vos quien decide qué tipo de oficial querés ser.
La Fuerza Física mejora tu resistencia, velocidad y capacidad para reducir sospechosos sin recurrir al arma. Si te gusta la acción cuerpo a cuerpo, perseguir a pie, y resolver las cosas de esa forma, esta es tu área. Por otro lado, las Técnicas Policiales son para quienes prefieren jugar con cabeza. Aumentan tus chances de calmar situaciones tensas sin violencia, mejoran el respaldo que te da la central, y te convierten en ese tipo de oficial que impone respeto con palabras, no con armas, nada de Harry el sucio.
Si lo tuyo es la velocidad, el atributo de Conducción es fundamental. Aumenta tu control sobre el patrullero, te da acceso a nuevos vehículos, y convierte cada persecución en una escena de película. Finalmente, está el Combate, pensado para los momentos donde todo se va a la… Mejora la puntería, recarga más rápido y te permite hacer movimientos especiales para neutralizar amenazas. Pero lo interesante es que, aun con estas mejoras, The Precinct no te deja convertirte en un superhéroe armado. El exceso de violencia se castiga, así que si abusás de tu fuerza, perdés experiencia.
También podés personalizar tus vehículos, elegir equipamiento, sirenas y hasta adaptar tu flota según tu estilo de juego. Un patrullero rápido para callejones, un 4×4 para zonas difíciles o incluso un helicóptero para seguir la acción desde el cielo.
Entre sirenas y balas: ¿vale la pena The Precinct?
The Precinct no es solo un juego más de mundo abierto, es una experiencia policial con alma de serie ochentosa, envuelta en neón y cargada de tensión. Desde el primer patrullaje por Averno City, te das cuenta de que estás ante algo distinto. Acá no se trata solo de atrapar ladrones, sino de vivir el día a día de un policía que intenta imponer orden en una ciudad que ya se resignó al caos.
La fórmula funciona, patrullar, perseguir, investigar y crecer como oficial engancha. Las persecuciones son intensas, las investigaciones tienen su recompensa, y esa sensación de progreso al subir de rango o desbloquear vehículos nuevos te empuja a seguir jugando. Lo mejor del juego es, su ambientación, Averno se siente viva, oscura y desafiante.
La personalización también suma mucho. Vos decidís en qué especializarte, cómo enfrentar los desafíos y qué tipo de oficial querés ser. Ese control sobre tu evolución hace que el juego se sienta diferente, y que cada decisión tenga peso real.
No todo brilla, la IA de los compañeros compañero puede fallar justo cuando más lo necesitas, y el sistema de casos a veces te saca de situaciones importantes de forma sin sentido. Además, aunque la historia de Nick Cordell Jr. tiene momentos buenos, no destaca mucho en lo narrativo.
Si sos de los que disfrutan los juegos sandbox con una identidad fuerte, y querés meterte en el papel de un policía, The Precinct vale totalmente la pena.