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Creador de Dragon Age arremete contra los ‘antifans’ del gaming

David Gaider, uno de los nombres clave en la creación de Dragon Age y una figura con larga trayectoria en BioWare, ha revelado una reflexión que está generando debate en redes y foros. En una reciente entrevista, el guionista veterano expresó su preocupación por el crecimiento de lo que él denomina “antifans”, personas que no solo critican un juego, sino que disfrutan activamente cuando fracasa.

Según Gaider, este fenómeno no es nuevo, pero se ha intensificado con el boom de los creadores de contenido, quienes muchas veces usan titulares o fragmentos de información fuera de contexto para amplificar quejas o alimentar polémicas. “Cuando un juego no cumple con las expectativas de este grupo, lo celebran. Y si sí lo hace, simplemente lo ignoran”, afirma. En su opinión, este comportamiento puede afectar la percepción pública de un título, incluso antes de su lanzamiento.

Creador de Dragon Age arremete contra los ‘antifans’ del gaming.

Gaider destaca que los antifans actúan como al revés de los fanáticos tradicionales, donde los fans promueven un juego y generan interés, los antifans hacen lo contrario, saboteando su reputación en redes sociales. Esto puede tener consecuencias muy reales, como intimidar a desarrolladores, influir en decisiones creativas o incluso afectar las ventas. “Es como si quisieran enviar un mensaje al resto de la industria, diciendo ‘No sigas este camino o fracasarás también’”, explica.

Uno de los problemas centrales, según el creador de Dragon Age, es cómo algunos fans han hecho de sus preferencias personales una parte central de su identidad, por lo que cualquier cambio, decisión creativa o elemento que no coincida con su visión personal del juego, se vive como una ofensa directa. Esto genera un entorno de confrontación constante, donde resulta casi imposible distinguir las críticas constructivas de los ataques alimentados por la “guerra cultural”.

Gaider concluye que este fenómeno no hace mejores juegos, sino que simplemente empuja a los estudios a desconectarse del público, limitar su comunicación y evitar riesgos. Tras dejar BioWare en 2016, ahora forma parte de Summerfall Studios, donde continúa desarrollando juegos como Stray Gods. Pese a las dificultades, sigue defendiendo que la industria necesita espacios para la creatividad, libres de toxicidad, y que los fans deben recordar que detrás de cada juego hay personas que solo quieren contar una buena historia.

Fuente: PC Gamer


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