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Nuevo estudio afirma que se necesitaría un megabosque del tamaño de América del Norte para compensar las emisiones de CO2 si se quemaran todas las reservas de petróleo y gas de las 200 mayores petroleras

Estas reservas contienen aproximadamente 200 mil millones de toneladas de carbono, lo que generaría hasta 742 mil millones de toneladas de CO₂ si se quemaran.

  • Emisiones potenciales: 742.000 millones de toneladas de CO₂ si se quema todo el petróleo y gas actual.
  • Compensación con árboles: se necesitarían 24,6 millones de km² de nuevos bosques.
  • Costo económico: 10,8 billones de dólares en reforestación (11% del PIB global).
  • Imposible solo con árboles: impactos ambientales, sociales y económicos masivos.
  • Conclusión: la única solución real es dejar los combustibles fósiles bajo tierra.

Se necesitaría un bosque del tamaño de América del Norte para compensar las reservas de las grandes petroleras

Un nuevo estudio internacional revela una verdad incómoda: plantar árboles no basta para contrarrestar el impacto de los combustibles fósiles. Para compensar las emisiones de carbono si se quema todo el petróleo y gas que hoy poseen las 200 mayores compañías del sector, se necesitaría un bosque de 24,6 millones de kilómetros cuadrados, una superficie mayor que América del Norte completa.

Un cálculo monumental: cuánto carbono habría que absorber

Los investigadores estiman que estas empresas almacenan reservas con un potencial de emisión de 742.000 millones de toneladas de CO₂. Esa cantidad supera con creces el presupuesto de carbono que el planeta puede emitir si quiere mantenerse por debajo de los 1,5 °C de calentamiento, el umbral crítico para evitar consecuencias climáticas catastróficas como pérdida masiva de biodiversidad, olas de calor prolongadas y lluvias extremas.

El precio de la reforestación masiva: económica y ambientalmente inviable

Incluso si se optara por la solución aparentemente “más barata” —la reforestación— el costo sería colosal: unos 10,8 billones de dólares, más del 11% del PIB global.

¿Qué implica esto?

  • Desplazamiento de ecosistemas, tierras agrícolas y ciudades.
  • Destrucción de hábitats preexistentes.
  • Una transformación radical del paisaje global que es prácticamente imposible.

La alternativa tecnológica, como la captura directa de carbono del aire, aunque prometedora, hoy es mucho más costosa: cerca de 831 € por tonelada de CO₂, lo que llevaría la factura total a unos 627 billones de euros, el 700% del PIB global.

Sin incentivos y con políticas en retroceso

Mientras tanto, las compañías fósiles siguen extrayendo sin freno, sin regulaciones contundentes ni incentivos fuertes para dejar de hacerlo. A esto se suma un retroceso político notable: el gobierno de Estados Unidos ha cancelado proyectos de descarbonización y se ha retirado del Acuerdo de París, lo que agrava el escenario global.

El límite del enfoque de compensación

El estudio no pretende descartar completamente la reforestación. De hecho, reconoce beneficios sociales, culturales y ambientales reales del proceso. Pero insiste en que no se puede seguir quemando combustibles fósiles bajo la ilusión de que luego se podrá “arreglar” plantando árboles.

“La clave no es compensar —es reducir emisiones de forma drástica”, concluyen los autores.

La reforestación bien planificada sí tiene un rol relevante en la lucha climática, especialmente si se combina con otras estrategias. ¿Qué puede aportar?

  • Captura natural de carbono en zonas degradadas o deforestadas.
  • Regeneración de biodiversidad y protección de cuencas hídricas.
  • Resiliencia climática para comunidades rurales y zonas vulnerables.
  • Generación de empleo verde y oportunidades en bioeconomía.

Pero su verdadero poder aparece cuando se combina con la reducción del consumo de combustibles fósiles, la transición a energías renovables y políticas de eficiencia energética.

Plantar árboles es importante, pero no basta. La sostenibilidad real exige cambiar el modelo energético global, reduciendo drásticamente la extracción y el uso de combustibles fósiles y apostando por fuentes limpias como la solar, la eólica, la geotérmica y el almacenamiento energético. Solo así será posible mantener un planeta habitable.

Más información: www.researchgate.net


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