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Empresa neerlandesa lanza panel fotovoltaico de 355 W con acabado terracota, que imita tejas de barro, diseñado para integrarse en edificios históricos y proyectos modernos

Paneles con marco fino y color terracota que combinan perfectamente con tejados tradicionales, especialmente en edificios históricos o zonas protegidas.

  • Paneles solares color terracota.
  • 355 W de potencia por módulo.
  • Integración estética en tejados tradicionales.
  • Tecnología monocristalina de alta eficiencia.
  • Resistencia climática certificada (IP67/IP68).
  • Fabricación respaldada por inversión público-privada.
  • Aplicable a edificios históricos y nuevas construcciones.
  • Impulso al BIPV como solución urbana sostenible.

Solarix lanza un innovador panel solar color terracota de 355 W

La estética ya no es una barrera para la energía solar. Con el lanzamiento de su nuevo módulo fotovoltaico color terracota, Solarix Solar da un paso decisivo hacia la integración armónica de las energías renovables en entornos urbanos y patrimoniales. Este panel de 355 W, diseñado específicamente para mimetizarse con tejados de teja cerámica, resuelve uno de los grandes dilemas del autoconsumo solar: la tensión entre eficiencia energética y conservación arquitectónica.

Innovación técnica con sensibilidad estética

Mientras que la mayoría de los paneles fotovoltaicos tradicionales alteran la estética de los edificios —especialmente en zonas con valor histórico—, este módulo monocristalino de Solarix combina alto rendimiento con un diseño que respeta la identidad visual de los tejados tradicionales. Gracias a una impresión cerámica con pigmentos inorgánicos, la superficie del panel reproduce con fidelidad el tono terracota y mantiene su coloración estable frente a la exposición solar.

A diferencia de soluciones cosméticas superficiales, este tratamiento también refuerza la durabilidad del módulo frente a los agentes externos. El panel está encapsulado en vidrio templado de 3,2 mm por ambas caras, soportando temperaturas desde -40 °C hasta 85 °C y condiciones meteorológicas extremas. Su certificación IP67/IP68 garantiza una protección total contra el polvo y una resistencia prolongada al agua, incluso en inmersión temporal.

Alta eficiencia en entornos urbanos y nublados

Los módulos de Solarix no sacrifican rendimiento por apariencia. Al utilizar células monocristalinas tipo N dopadas con fósforo, ofrecen una excelente respuesta incluso en condiciones de baja irradiancia, como los días nublados o las orientaciones menos favorables. Esta tecnología, cada vez más adoptada por fabricantes punteros, presenta una menor degradación a lo largo del tiempo, lo que se traduce en una mayor producción energética durante toda su vida útil.

Su potencia de 355 W por módulo, combinada con una tensión de operación máxima de 1.000 V, lo hace compatible con instalaciones residenciales y comerciales, tanto en edificios nuevos como en rehabilitaciones energéticas de inmuebles protegidos.

Financiamiento para escalar producción local

El compromiso de Solarix con una producción más sostenible no se limita al diseño. Recientemente, la empresa ha cerrado una ronda de financiación de 4,22 millones de euros, respaldada por inversores como VP Capital y ROM InWest. A esto se suma una subvención de 1,3 millones de euros del programa neerlandés SolarNL, dirigido a impulsar el crecimiento industrial de tecnologías solares.

Estos fondos permitirán a la empresa automatizar procesos clave, reducir su huella de carbono en la cadena de fabricación y asegurar un mayor control sobre la calidad final del producto. Además, contribuirán a consolidar un modelo de producción local que refuerza la independencia energética europea.

Proyectos reales con impacto tangible

Antes del lanzamiento de este nuevo panel para cubiertas, Solarix ya había demostrado su capacidad con soluciones solares para fachadas. Un ejemplo destacado es la rehabilitación del complejo escolar De Kikker, donde se instalaron 1.444 m² de paneles personalizados en tonos verdes y amarillos. Esta instalación genera anualmente hasta 67.000 kWh, lo suficiente para abastecer el consumo energético de varios edificios educativos sin comprometer su valor arquitectónico.

Este tipo de intervenciones refuerza el papel del BIPV (Building-Integrated Photovoltaics) como alternativa viable y funcional en las ciudades, especialmente en países europeos donde los entornos urbanos son densos y protegidos.

Potencial

Este tipo de tecnología representa mucho más que un avance estético. Puede cambiar las reglas del juego en la transición energética urbana.

  • Edificios históricos y barrios protegidos pueden sumarse a la generación distribuida sin alterar su valor patrimonial.
  • Administraciones públicas pueden aprovechar estos módulos en planes de rehabilitación energética, cumpliendo con los objetivos de la Directiva Europea sobre Eficiencia Energética en Edificios.
  • Colectivos ciudadanos que antes descartaban los paneles por motivos visuales ahora tienen una alternativa que respeta el entorno y suma valor.
  • En zonas con limitaciones urbanísticas, estos módulos abren la puerta a normativas más flexibles y a incentivos específicos para la instalación de tecnologías renovables discretas.

Integrar energía solar sin renunciar a la belleza del entorno no es una quimera. Con propuestas como la de Solarix, se consolida una visión de ciudad donde sostenibilidad, patrimonio y tecnología conviven de forma coherente. Una herramienta realista para acercarnos, paso a paso, a un futuro bajo en carbono y energéticamente autosuficiente.

Más información: Solarix


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