Investigadores austriacos han descubierto que los microplásticos y nanoplásticos, especialmente los de poliestireno, pueden provocar cambios malignos en las células pulmonares sanas


Los microplásticos ya no son solo una preocupación ambiental: son un riesgo emergente de salud pública. Actuar ahora puede marcar la diferencia entre una crisis invisible y una solución preventiva, basada en ciencia, responsabilidad y visión a largo plazo.
- Microplásticos en el aire, riesgo real.
- Pulmones: puerta de entrada clave.
- Células sanas, las más afectadas.
- Daño al ADN y estrés oxidativo.
- Plásticos comunes, impactos ocultos.
- Urge investigación y regulación.
- Vínculo entre contaminación y salud.
Microplásticos: una amenaza silenciosa para los pulmones
Aunque durante años se ha subestimado el impacto de los microplásticos y nanoplásticos (MNPs) en la salud humana, una investigación reciente de la Universidad Médica de Viena (MedUni Vienna) aporta pruebas contundentes sobre su efecto en los pulmones. El estudio demuestra por primera vez que partículas minúsculas de plástico pueden inducir cambios malignos en células pulmonares sanas, lo que sugiere un potencial vínculo entre la contaminación plástica y el desarrollo de cáncer.
Los investigadores se centraron en partículas de poliestireno (PS), un plástico de uso cotidiano presente en envases alimentarios, vasos desechables y productos de un solo uso. A pesar de su tamaño ínfimo —algunas de apenas 0,00025 milímetros—, estas partículas logran penetrar profundamente en el sistema respiratorio, alcanzando los alvéolos y entrando en contacto directo con las células pulmonares.
Un hallazgo que cambia el panorama
Lo revelador del estudio fue que las células pulmonares sanas absorbieron más MNPs que las células cancerígenas. Este dato, lejos de ser tranquilizador, es alarmante: la exposición provocó en las células sanas un aumento del estrés oxidativo, daño en el ADN y la activación de rutas moleculares asociadas al crecimiento celular descontrolado. En otras palabras, se observaron mecanismos biológicos que pueden ser el preludio de una transformación maligna.
Además, las células expuestas mostraron una disminución en su capacidad para reparar el ADN dañado, lo que incrementa el riesgo de mutaciones a largo plazo. Esta es una de las vías conocidas por las que se inicia el proceso tumoral. El cuerpo intenta defenderse activando sistemas antioxidantes, pero estas defensas podrían ser insuficientes frente a una exposición continua.
Más preguntas que respuestas
Aunque el estudio se centró en exposiciones a corto plazo, los resultados apuntan a posibles efectos crónicos aún no estudiados en profundidad. ¿Qué ocurre con las personas expuestas de forma constante, como trabajadores en industrias plásticas o habitantes de zonas urbanas con alta contaminación atmosférica? Aún no hay respuesta clara, pero los indicios son preocupantes.
Cabe destacar que el poliestireno no es una sustancia marginal. Se encuentra en millones de productos y es uno de los plásticos más desechados a nivel global. A pesar de su bajo coste y versatilidad, su impacto invisible en la salud humana podría ser más serio de lo que se pensaba hasta ahora.
Legislación, ciencia y responsabilidad
Algunos países han comenzado a tomar medidas. La Unión Europea, por ejemplo, ha restringido desde 2024 el uso intencional de microplásticos añadidos en productos como cosméticos o detergentes. Sin embargo, la mayor parte de los microplásticos presentes en el aire provienen de la fragmentación de plásticos más grandes, algo que la regulación aún no aborda con contundencia.
En paralelo, proyectos como Plastic Health Coalition o el consorcio europeo Impetus4Change, están investigando cómo estos contaminantes afectan a órganos vitales. La colaboración entre toxicólogos, neumólogos y expertos en salud ambiental será clave para avanzar.
La evidencia sobre los MNPs debe servir como catalizador para cambiar hábitos y políticas:
- Rediseñar productos con materiales biodegradables o reciclables para evitar la dispersión de microplásticos desde el origen.
- Mejorar la gestión de residuos y apostar por tecnologías que capturen partículas antes de que lleguen al aire.
- Fomentar la economía circular para reducir la dependencia del plástico de un solo uso.
- Monitorear la calidad del aire, incluyendo la presencia de partículas plásticas, especialmente en áreas urbanas e industriales.
- Impulsar campañas de concienciación para que la ciudadanía comprenda que la contaminación plástica no solo daña los océanos, sino también los pulmones.
Vía Microplastics can cause malignant changes in lung cells
Más información: Small Particles, Big Problems: Polystyrene nanoparticles induce DNA damage, oxidative stress, migration, and mitogenic pathways predominantly in non-malignant lung cells.
Büsra Ernhofer, Andreas Spittler, Franziska Ferk, Miroslav Mišík, Martha Magdalena Zylka, Lisa Glatt, Kristiina Boettiger, Anna Solta, Dominik Kirchhofer, Gerald Timelthaler, Zsolt Megyesfalvi, Verena Kopatz, Heinrich Kovar, Siegfried Knasmueller, Clemens Aigner, Lukas Kenner, Balazs Döme, Karin Schelch.
DOI: 10.1016/j.jhazmat.2025.139129
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