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Rosmery Medrano, reconocida vendedora de turbantes en el Centro de Cartagena, pide diálogo y reglas claras para seguir trabajando sin ser desplazada

La Reina de los Turbantes en Cartagena: Un Conflicto entre Tradición y Espacio Público

Cartagena de Indias, Colombia – Rosmery Medrano, un nombre sinónimo de color y cultura en la Plaza de Santo Domingo, se encuentra en el centro de una disputa con la administración distrital por el uso del espacio público. Durante más de dos décadas, "Ros," como la conocen cariñosamente los turistas, ha embellecido la emblemática plaza con su bicicleta adornada, ofreciendo peinados, turbantes y accesorios de estética afrocaribeña. Su puesto se ha convertido en una postal viva de Cartagena, atrayendo a visitantes ávidos por sumergirse en la rica herencia cultural de la ciudad.

Sin embargo, esta estampa idílica se ve amenazada. Según denuncia Medrano, la Gerencia de Espacio Público y Movilidad del Distrito (GEPM) le exige desalojar el lugar, alegando la falta de autorización oficial para operar de forma estacionaria. "Me pedían que me moviera, pero ¿cómo iba a atender con dignidad a cinco o diez turistas caminando?", se pregunta Rosmery, quien asegura no obstruir el paso peatonal ni afectar a los negocios circundantes.

La situación escaló hasta lo que ella describe como "acoso selectivo", focalizado únicamente en su puesto. La persistencia de Medrano y la popularidad de su trabajo llamaron la atención del alcalde Dumek Turbay, quien, en una entrevista en vivo, ordenó permitirle continuar su labor mientras se buscaba una solución.

Aunque la intervención del alcalde trajo un breve respiro, Rosmery teme la incertidumbre. "Desde hace tres días no han venido [los funcionarios], pero yo no quiero vivir con esa incertidumbre. Necesitamos un acuerdo serio, con reglas claras," clama. La vendedora de turbantes se muestra dispuesta a colaborar con el Distrito, ofreciendo soluciones como pagar por el espacio o utilizar mobiliario proporcionado por la alcaldía, con tal de garantizar su derecho a trabajar en paz.

Pero, ¿qué dice la Gerencia de Espacio Público? La GEPM, en respuesta a las acusaciones, explica que tras la instrucción del alcalde en febrero de 2025, se permitió a Rosmery operar bajo un principio de buena fe. No obstante, argumenta que su operación ha crecido desmesuradamente, transformándose de una venta móvil en bicicleta a la instalación de tapetes, trípodes y otros accesorios que alteran la imagen patrimonial de la plaza. Además, señalan que Medrano cuenta con personas que redirigen turistas a su puesto, una práctica no permitida. La GEPM también alega que Rosmery y algunos clientes han interrumpido la labor de los brigadistas de control, tal como se evidencia en videos difundidos en redes sociales.

"No quiero ser una excepción, pero tampoco un chivo expiatorio," defiende Rosmery, insistiendo en la necesidad de un control equitativo y sin discriminación. Desde la administración distrital, se reafirma el compromiso de mantener un espacio público ordenado y equilibrado, advirtiendo que los acuerdos especiales no pueden convertirse en precedentes que generen desorden ni privilegios injustificados.

El caso de Rosmery Medrano plantea interrogantes importantes sobre el equilibrio entre la protección del patrimonio cultural, el derecho al trabajo informal y la gestión del espacio público en una ciudad turística como Cartagena. La resolución de este conflicto podría sentar un precedente crucial para otros emprendedores que, como Rosmery, buscan ganarse la vida dignamente contribuyendo a la identidad y el encanto de la ciudad amurallada.

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