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Australiano ahorra 46.000 dólares reciclando 450.000 envases y compra su primera casa en Nueva Gales del Sur

Damian Gordon logró ahorrar $46,000 AUD recolectando y reciclando más de 450.000 botellas y latas durante 7 años. Usó ese dinero para dar el depósito de una casa de dos habitaciones, una pequeña cabaña de pescadores, comprada en una subasta.

  • 450.000 envases reciclados.
  • 46.000 dólares ahorrados.
  • Depósito para casa en Nueva Gales del Sur.
  • Voluntario en festivales y eventos.
  • Ahorro sostenible, impacto ambiental.
  • Modelo de economía circular en acción.

Un hogar gracias al reciclaje: la historia de Damian Gordon

Damian Gordon logró algo que para muchos parece inalcanzable: comprar su primera vivienda en la costa central de Nueva Gales del Sur gracias al dinero ahorrado por reciclar 450.000 botellas y latas. Cada envase, recolectado y devuelto en puntos del programa Return and Earn, le reembolsaba 0,10 dólares. Lo que comenzó como una actividad secundaria, terminó convirtiéndose en una fuente real de ingresos y, más importante aún, en un estilo de vida.

Durante siete años, Gordon recolectó unos 46.000 dólares australianos —unos 28.000 euros, según el cambio actual— que usó como depósito para comprar una modesta casa de dos habitaciones. “Fue acumulándose poco a poco”, cuenta. Parte del secreto estuvo en no tener acceso visual al dinero: lo guardaba en una cuenta bancaria separada, sin consultar el saldo.

Mucho más que envases

Aunque Gordon tiene un trabajo estable entre semana, dedica buena parte de su tiempo libre a colaborar como voluntario en festivales de música, donde recolecta miles de envases por evento. Su motivación va más allá del dinero: le gusta formar parte del ambiente cultural de estos espacios. Mientras limpia los escenarios o los alrededores, ha llegado a conocer artistas como The Presets o Sneaky Sound System, descubriendo el “otro lado” de la industria musical, ese que no aparece en los focos.

Además de latas y botellas, encuentra objetos abandonados en perfecto estado: tiendas de campaña, luces, ropa, e incluso alimentos no perecederos. En un solo festival, llegó a llevarse a casa varias semanas de comida. “Vivimos en una sociedad de usar y tirar”, dice con claridad. Eventos como bodas y conciertos masivos dejan un rastro de desperdicio brutal, muchas veces evitable.

Return and Earn: impacto tangible

El programa Return and Earn, activo desde 2017 en Nueva Gales del Sur, ofrece a los ciudadanos una devolución económica por cada envase reciclado. Hasta ahora, ha demostrado no solo ser una medida efectiva para reducir residuos, sino también un incentivo económico potente. La directora ejecutiva de Exchange for Change, Danielle Smalley, reconoce que el caso de Gordon es uno de los más impresionantes hasta la fecha. “Demuestra que los beneficios ambientales pueden ir de la mano con ventajas sociales y económicas reales”.

A través de su historia, se pone en evidencia cómo un hábito individual puede generar un impacto colectivo, tanto en la reducción de residuos como en la economía personal.

De la infancia al compromiso ambiental

Gordon no llegó a esto por casualidad. Desde pequeño, acompañaba a su madre al vertedero municipal, donde buscaban objetos útiles entre lo descartado por otros. Ese contacto temprano con el reaprovechamiento de materiales marcó su forma de ver el mundo. Hoy, gran parte del mobiliario de su casa proviene de recolecciones comunitarias, cuidadosamente restaurado. Más que una estrategia económica, es una elección ética.

Con una hipoteca por pagar, afirma que no piensa dejar de recolectar envases. “Ya forma parte de mí. Reciclar y cuidar el ambiente es parte de quién soy”.

Vía www.abc.net.au


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