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Ingenieros del MIT presentan una impresora 3D que convierte los restos de comida en artículos para el hogar

El MIT ha creado una impresora 3D llamada FOODres.AI Printer que convierte restos de comida como cáscaras de plátano, posos de café o cáscaras de huevo en objetos útiles como tazas, cuencos y posavasos.

  • Nueva impresora 3D transforma residuos alimentarios
  • Tazas, posavasos y utensilios a partir de cáscaras y restos
  • Tecnología con IA para identificar y reutilizar
  • Promueve economía circular local
  • Alternativa real contra el desperdicio y las emisiones
  • Compatible con hogares y usuarios sin experiencia

Una impresora 3D que convierte residuos de comida en objetos útiles

En un mundo donde el desperdicio alimentario representa una de las mayores fuentes de emisiones innecesarias, encontrar formas innovadoras de reutilizar esos residuos no es solo deseable, sino urgente. En 2019, solo en Estados Unidos, se generaron 66 millones de toneladas de comida desperdiciada, y el 60 % terminó en vertederos. Esta cantidad se traduce en emisiones similares a las de 42 centrales eléctricas de carbón, según la Agencia de Protección Ambiental (EPA).

En respuesta a este desafío, dos investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han desarrollado FOODres.AI Printer, una impresora 3D asistida por inteligencia artificial que convierte restos de comida en objetos domésticos como tazas, cuencos y posavasos. Pero este invento no solo busca reducir residuos: propone una forma concreta de activar microeconomías circulares locales y empoderar a las comunidades en la gestión de sus propios desechos.

Cómo funciona la FOODres.AI Printer

La propuesta combina hardware accesible con software inteligente. El usuario toma una foto de los restos de comida—desde cáscaras de plátano hasta posos de café—y, mediante una app vinculada, un modelo de detección de objetos basado en IA identifica los materiales y propone posibles usos. A partir de ahí, se pueden elegir plantillas prediseñadas o crear diseños personalizados para fabricar objetos útiles.

Los residuos seleccionados se mezclan con aditivos naturales para formar una pasta bioplástica. Esta mezcla pasa a un sistema de extrusión con calefacción que moldea el material capa por capa. El proceso está automatizado: una vez cargado el material, solo se necesita pulsar un botón. Cualquier persona, sin conocimientos técnicos previos, puede utilizarla.

Además, la impresora permite ajustar la textura y el color del producto final, dependiendo de los materiales disponibles, lo que fomenta la creatividad y la personalización. Este enfoque convierte el reciclaje doméstico en una actividad cotidiana, cercana y práctica.

Más allá del reciclaje tradicional

FOODres.AI va un paso más allá del simple compostaje. Mientras muchas soluciones actuales proponen evitar que los residuos lleguen al vertedero, esta impresora aporta valor al residuo mismo, generando objetos útiles a partir de algo que normalmente se descartaría sin más.

El diseñador Biru Cao, uno de los creadores del sistema, destaca que su intención es “involucrar a las personas directamente en prácticas sostenibles cotidianas”. El dispositivo, aún en fase de desarrollo, forma parte de una ola creciente de tecnologías que apuestan por la revalorización de los residuos orgánicos como materia prima funcional.

Tecnología en expansión: impresoras que cocinan y curan

La FOODres.AI Printer no es un caso aislado. En los últimos años, la impresión 3D ha ampliado sus fronteras de forma significativa. En 2023, ingenieros de la Universidad de Columbia presentaron una impresora capaz de reproducir comidas completas—incluyendo carne, vegetales y quesos—con resultados sorprendentemente comestibles. El mismo año, en Londres, el restaurante pop-up Food Ink sirvió una cena de nueve platos en platos, cubiertos y mobiliario completamente impresos en 3D.

Y no se trata solo de alimentación: en el ámbito de la salud, ya se están utilizando estas impresoras para generar piel sintética, vasos sanguíneos e incluso tejidos compatibles con órganos humanos. La versatilidad de la impresión 3D está posicionándola como una tecnología clave para reinventar sectores enteros desde la sostenibilidad.

Potencial

Esta tecnología tiene un alto potencial para cambiar la forma en que gestionamos los residuos orgánicos en el hogar y las comunidades. Algunas formas concretas en las que podría impactar positivamente:

  • Reducir emisiones de metano: al evitar que restos orgánicos terminen en vertederos, se corta una fuente clave de gases de efecto invernadero.
  • Fomentar la autosuficiencia local: cada vecindario podría crear sus propios objetos útiles, a bajo coste y sin depender de procesos industriales.
  • Disminuir el uso de plásticos derivados del petróleo, al fabricar utensilios a partir de bioplásticos locales.
  • Educar desde la práctica: introducir esta tecnología en escuelas o centros comunitarios podría facilitar la comprensión de la economía circular con ejemplos reales.
  • Promover empleo verde: pequeñas cooperativas locales podrían gestionar bancos de materiales orgánicos reutilizables, talleres de impresión y diseño abierto.

La FOODres.AI Printer no solo transforma residuos en objetos; redefine el papel del ciudadano como agente activo en la lucha contra la crisis ecológica. Con tecnologías como esta, la sostenibilidad deja de ser una aspiración lejana para convertirse en algo que literalmente se puede tocar con las manos.

Más información: FOODres.AI


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