Nuevo estudio vincula exposición a químicos de utensilios de cocina con un 31% más riesgo de diabetes tipo 2


Un estudio reciente vincula ciertos químicos presentes en utensilios de cocina, conocidos como PFAS (sustancias perfluoroalquiladas), con un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
- Químicos PFAS presentes en sartenes y envases.
- Mayor riesgo de diabetes tipo 2.
- Estudio con personas en EE. UU.
- Compuestos detectables años antes del diagnóstico.
- Efectos en metabolismo de grasas y azúcares.
- Recomendaciones para reducir la exposición.
Los químicos en utensilios de cocina y su vínculo con la diabetes
Una nueva investigación liderada por el Hospital Mount Sinai refuerza la preocupación en torno a los compuestos perfluoroalquilados y polifluoroalquilados (PFAS). Este estudio encontró que niveles elevados de estos químicos en la sangre están asociados con un 31 % más de probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2. El hallazgo se suma a una creciente evidencia científica que relaciona los PFAS con trastornos metabólicos, daño hepático y alteraciones hormonales.
¿De dónde vienen los PFAS?
Presentes en sartenes antiadherentes, envases de comida rápida, ropa impermeable y alfombras resistentes a las manchas, los PFAS son utilizados precisamente por su capacidad para repeler grasa, agua y calor. Su nombre informal, “químicos eternos”, no es casual: se mantienen inalterables en el ambiente durante décadas debido a sus enlaces carbono-flúor, uno de los más resistentes que se conocen.
Aunque la producción de los PFAS de cadena larga está disminuyendo, sus sustitutos más recientes siguen apareciendo en productos cotidianos. Estudios de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) han identificado estas sustancias en más del 97 % de la población estadounidense, lo que sugiere una exposición generalizada, incluso en regiones alejadas de focos industriales.
Un estudio con implicaciones reales
El análisis del equipo de Mount Sinai se basó en una cohorte de más de 70.000 pacientes del área de Nueva York. Al comparar a 180 personas recientemente diagnosticadas con diabetes tipo 2 con otras 180 personas sanas, los investigadores detectaron una relación consistente: a mayor concentración de PFAS en sangre, mayor riesgo futuro de diabetes.
Una de las fortalezas del estudio es su enfoque prospectivo. Las muestras de sangre se recolectaron aproximadamente seis años antes del diagnóstico, lo que permite descartar que la diabetes haya provocado el aumento de los PFAS, y no al revés.
Mecanismos detrás del daño metabólico
Gracias al análisis metabolómico, los científicos identificaron alteraciones en rutas metabólicas clave, especialmente las relacionadas con los aminoácidos glutamato, arginina y prolina. Estas moléculas participan en la regulación de la glucosa y los lípidos, por lo que su disfunción podría facilitar el desarrollo de resistencia a la insulina.
Además, los PFAS pueden interactuar con los receptores activados por proliferadores de peroxisomas (PPAR), que regulan el metabolismo de grasas y la sensibilidad a la insulina. También afectan enzimas del hígado involucradas en la desintoxicación, lo que podría tener consecuencias no solo sobre el azúcar en sangre, sino también sobre el efecto de medicamentos comunes.
Consecuencias para la salud pública
Con más de 38 millones de personas afectadas solo en Estados Unidos, la diabetes tipo 2 representa un desafío sanitario monumental. Y aunque la dieta, el ejercicio y la genética siguen siendo factores clave, este estudio subraya que la contaminación química también debe formar parte de la ecuación preventiva.
Diversos estados han comenzado a regular los niveles de PFAS en el agua potable, y la EPA propuso en 2024 un límite federal para varios de estos compuestos. Paralelamente, se han implementado programas de monitoreo en comunidades vulnerables, sobre todo aquellas con industrias cercanas o antecedentes de contaminación hídrica.
¿Cómo reducir la exposición en casa?
Aunque es difícil eliminar completamente los PFAS del entorno, existen acciones concretas para reducir el contacto diario:
- Sustituir sartenes antiadherentes deterioradas por opciones de acero inoxidable o hierro fundido.
- Evitar textiles tratados con repelentes de manchas o agua, como ciertos sofás y alfombras.
- Consultar los informes de calidad del agua local y usar filtros certificados que eliminen PFAS.
- Minimizar el consumo de productos envasados en papel encerado o bolsas de palomitas para microondas.
- Ser especialmente precavidos durante el embarazo y la infancia, cuando el sistema endocrino es más vulnerable.
Algunos estados, como Maine y California, ya han prohibido el uso de PFAS en determinados productos de consumo, lo que marca una tendencia que podría extenderse a nivel nacional e internacional.
Más información: Exposure to per- and poly-fluoroalkyl substances in association to later occurrence of type 2 diabetes and metabolic pathway dysregulation in a multiethnic US population – eBioMedicine
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