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Google implementará baterías con CO₂ de la italiana Energy Dome, capaces de suministrar energía limpia durante 24 horas

Esta tecnología puede almacenar energía limpia y devolverla a la red durante 8 a 24 horas, lo que ayuda a equilibrar la generación y la demanda de energía renovable.

  • Alianza Google + Energy Dome.
  • Almacenamiento de energía limpia con CO₂
  • Batería de larga duración: hasta 24 horas.
  • Alternativa a litio: más barata, más segura.
  • Proyecto piloto ya operativo en Italia.
  • Enfoque global: uso previsto en múltiples regiones.

Google apuesta por baterías de CO₂ para estabilizar la energía limpia

El dióxido de carbono no suele asociarse con innovación verde. Sin embargo, la nueva alianza entre Google y Energy Dome le da un giro inesperado: usarlo como pieza central en sistemas de almacenamiento energético que permiten estabilizar la red eléctrica basada en renovables.

La clave está en resolver un problema real: la intermitencia del sol y el viento. A medida que crece el despliegue de energías limpias, se hace urgente encontrar soluciones capaces de almacenar grandes cantidades de electricidad de forma segura, económica y durante más tiempo del que permiten las baterías de ion-litio.

Cómo funciona la batería de CO₂

La propuesta de Energy Dome, ya en funcionamiento en una planta comercial de 20 MW y 200 MWh en Cerdeña, Italia, se basa en una idea simple pero potente: comprimir y expandir dióxido de carbono en un ciclo cerrado para almacenar y liberar energía.

Cuando hay excedente de producción —por ejemplo, a mediodía en un parque solar— el CO₂ se comprime y se almacena en forma líquida. Más tarde, cuando cae la demanda renovable, se deja expandir, generando presión que mueve una turbina y genera electricidad. Todo sin emitir CO₂ adicional: el gas se mantiene dentro del sistema y se reutiliza continuamente.

El resultado es una batería capaz de ofrecer energía limpia durante hasta 24 horas seguidas, una ventaja significativa frente a las 4 horas habituales del litio. Además, al usar materiales abundantes y no inflamables, su producción y mantenimiento son más seguros y asequibles.

Implicaciones globales y escalabilidad

Aunque Google no ha revelado aún dónde se instalarán los primeros sistemas, su objetivo es claro: desplegar almacenamiento de larga duración (LDES) en sus proyectos energéticos en diversas regiones del mundo. La inversión directa en Energy Dome confirma que esta apuesta no es simbólica, sino estratégica.

Este movimiento también refleja una tendencia más amplia. Según la Long Duration Energy Storage Council, se espera que la capacidad global de almacenamiento de larga duración supere los 80 GW para 2040, lo que permitirá a los países reducir su dependencia de combustibles fósiles y reforzar redes eléctricas más limpias y resilientes.

Empresas eléctricas en España, Alemania y Estados Unidos ya han mostrado interés por tecnologías similares. Algunos gobiernos europeos incluso están incluyendo el LDES en sus planes de transición energética, como el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) de España, que subraya la necesidad de sistemas de almacenamiento para alcanzar sus metas de descarbonización en 2030.

Potencial

El almacenamiento con CO₂ puede convertirse en una herramienta clave para acelerar la transición energética global. Su potencial se traduce en beneficios concretos:

  • Más renovables, menos desperdicio: se evita desaprovechar energía eólica o solar en momentos de baja demanda.
  • Redes eléctricas más estables: se reduce la necesidad de usar plantas fósiles de respaldo.
  • Costes más bajos a largo plazo: tecnologías como esta pueden abaratar el precio de la electricidad limpia.
  • Soluciones locales: la modularidad permite adaptar la tecnología a regiones remotas o con redes débiles.
  • Complemento ideal para otras tecnologías verdes, como bombas de calor, cargadores de vehículos eléctricos o redes inteligentes.

En un momento en que el cambio climático exige soluciones inmediatas y escalables, la batería de CO₂ no solo resuelve un problema técnico: abre la puerta a una gestión más inteligente, limpia y flexible de la energía. Y si grandes actores como Google apuestan por ella, es señal de que el futuro ya está en construcción.

Más información: Google, Energy Dome


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