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Startup de Nueva Jersey desarrolla nuevo método para extraer cobre sin contaminación y a menor coste, permite recuperar casi todo el cobre de minerales y residuos

Su tecnología puede recuperar casi todo el cobre sin necesidad de procesos previos que suelen perder hasta un 20% del metal.

  • Demanda de cobre duplicada en transición energética.
  • Nueva tecnología limpia para recuperar cobre de residuos.
  • Proceso rápido, modular y sin emisiones tóxicas.
  • Costes de equipo 70% a 90% más bajos.
  • Primeros pasos hacia escala industrial en 2027

Cómo una startup de Nueva Jersey encontró una forma electrizante de reducir los costos del cobre

La demanda mundial de cobre está en auge. Con la transición energética en marcha, el planeta necesitará el doble de cobre en los próximos años que todo el que se ha extraído hasta ahora. Esto se debe al papel clave de este metal en la electrificación: desde turbinas eólicas y paneles solares hasta baterías, cargadores y redes eléctricas. Sin embargo, los yacimientos más accesibles ya han sido explotados, y abrir nuevas minas es un proceso lento, costoso y ambientalmente problemático.

Frente a este panorama, la startup Still Bright, fundada en 2022 en Nueva Jersey, ha desarrollado una alternativa prometedora para extraer cobre de forma más limpia, barata y eficiente.

Cobre de los residuos, no de nuevas minas

En lugar de depender exclusivamente de nuevas extracciones, Still Bright propone recuperar el cobre que ya está presente en los materiales descartados por las minas actuales. Su tecnología puede extraer casi todo el cobre de minerales típicos, sin necesidad de pretratamientos que suelen perder hasta un 20 % del metal.

Pero lo más interesante es que funciona incluso con los “tailings”, esos residuos mineros que se acumulan por toneladas y que aún contienen cobre en pequeñas proporciones. Estas montañas de escombros, vistas durante décadas como un problema ambiental, podrían convertirse en una fuente secundaria clave de recursos si se aprovecha esta tecnología.

El impacto es doble: se reduce la presión sobre nuevos yacimientos y se disminuye significativamente la huella ambiental de la minería.

Una química inspirada en el almacenamiento energético

El corazón de esta innovación es un proceso electroquímico que utiliza una solución basada en vanadio, un metal que también se emplea en baterías de flujo para almacenamiento energético a gran escala. En lugar de quemar minerales —como hacen las fundiciones tradicionales, liberando contaminantes al aire—, Still Bright “remoja” el mineral en esta solución, que extrae el cobre sin emisiones nocivas.

Cuando la solución se agota, el sistema la regenera usando electricidad, cerrando así un ciclo de bajo impacto. Esta regeneración se inspira directamente en el funcionamiento de las baterías de flujo redox de vanadio, que almacenan energía mediante reacciones químicas reversibles. Esa conexión entre proyectos fue lo que permitió al CTO de la empresa, Jon Vardner, unir ambas ideas en una sola solución.

Compacto, rápido y modular

A diferencia de las plantas de procesamiento tradicionales, que requieren grandes infraestructuras, la tecnología de Still Bright es modular y de tamaño reducido. Como el proceso dura apenas minutos —frente a las horas o días de los métodos convencionales—, el equipo puede ser mucho más pequeño sin sacrificar volumen de producción.

Esto se traduce en una reducción de entre el 70 % y el 90 % en el coste del equipamiento, lo que allana el camino para su adopción incluso por parte de pequeñas y medianas minas. Además, la ausencia de emisiones tóxicas facilita su despliegue en zonas con regulaciones ambientales estrictas.

Escalar sin contaminar

Con una ronda de inversión inicial de 18,7 millones de dólares liderada por fondos especializados en innovación climática —como Breakthrough Energy Ventures y Material Impact—, Still Bright planea construir una unidad de demostración entre 2027 y 2028 con capacidad para procesar 500 toneladas de cobre al año.

El objetivo final es una planta a escala comercial capaz de generar 10.000 toneladas anuales, cifra que podría cubrir una parte significativa de la demanda industrial, especialmente en sectores estratégicos como energías renovables, movilidad eléctrica o almacenamiento energético.

Mientras tanto, el prototipo actual produce apenas 2 toneladas por año, pero sirve como validación del modelo técnico y económico. Si logran aprovechar futuros aranceles a la importación de cobre en EE. UU., podrían incluso financiar parte del despliegue con ingresos generados en el corto plazo.

Potencial

La tecnología de Still Bright no es solo una mejora técnica. Representa una forma concreta y viable de reducir la huella ecológica de la minería, una de las industrias más contaminantes del mundo. Al recuperar cobre de residuos, disminuye la necesidad de abrir nuevas minas, reduce el consumo de agua, energía y reactivos tóxicos, y minimiza los impactos sociales en comunidades afectadas por la extracción.

Además, al ser modular, puede llevarse directamente a zonas de acumulación de tailings, evitando transportar toneladas de desechos a refinerías lejanas. Esto recorta emisiones de transporte y abre oportunidades para recuperar valor en regiones marginadas por la minería tradicional.

Si se implementa a gran escala, esta tecnología podría integrarse en programas de minería circular, reutilizando lo que antes se consideraba basura. En América Latina, por ejemplo, países como Chile o Perú —con grandes acumulaciones de residuos mineros— podrían beneficiarse enormemente de este enfoque.

Finalmente, al reducir costes y emisiones, el modelo de Still Bright contribuye de manera directa a la transición energética justa y limpia, donde cada gramo de cobre cuenta para electrificar el planeta sin destruirlo en el proceso.

Vía Still Bright


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