
Las imágenes de Sentinel-3 mostraron un espeso manto naranja, mientras que Sentinel-5P reveló la concentración de aerosoles en el polvo.
- Satélite captó tormenta de polvo sahariano gigantesca – 150.000 km².
- Polvo viajó del Sahara al Atlántico impulsado por vientos fuertes y secos.
- Satélites Sentinel-3 y Sentinel-5P monitorean aspecto y composición del polvo.
- Polvo afecta la calidad del aire en Europa, América y el Caribe.
- También fertiliza el océano y la Amazonía con nutrientes clave.
- Tiene impactos negativos en salud, pero también beneficios ecológicos.

Satélites capturan una tormenta de polvo sahariano masiva cruzando el Atlántico
El 7 de mayo de 2025, los satélites europeos Sentinel-3 y Sentinel-5P registraron una colosal tormenta de polvo sahariano desplazándose desde África occidental hacia el océano Atlántico. La nube, de un tono naranja denso, cubría aproximadamente 150.000 kilómetros cuadrados, una extensión equivalente a más de 2 veces el tamaño de Portugal.

En las imágenes del Sentinel-3 se distinguían claramente las Islas de Cabo Verde asomándose entre la neblina. Por su parte, Sentinel-5P ofreció datos sobre la concentración de aerosoles en la nube mediante el instrumento Tropomi, revelando niveles especialmente elevados en ciertas zonas.

Cómo se forma y desplaza el polvo del Sahara
La combinación de temperaturas extremas, baja humedad y suelos sueltos en el desierto del Sahara crea las condiciones perfectas para que el polvo se eleve. Cuando los vientos en superficie son lo suficientemente intensos, levantan partículas finas de arena y polvo que alcanzan grandes altitudes.
Una vez en la atmósfera media y alta, estas partículas viajan impulsadas por los vientos alisios y corrientes en chorro. Este fenómeno forma lo que se conoce como la Capa de Aire Sahariano, un sistema de aire seco y polvoriento que se extiende sobre el Atlántico, generalmente entre la primavera y el otoño.
Algunas tormentas se disipan rápidamente, pero otras pueden permanecer en suspensión durante semanas y recorrer miles de kilómetros hasta alcanzar regiones como el Caribe, América del Sur o incluso Europa.

Lo que muestran los satélites
La combinación de imágenes ópticas (Sentinel-3) y mediciones atmosféricas (Sentinel-5P) permite comprender mejor la dimensión y el contenido del fenómeno. Tropomi puede detectar variaciones mínimas en la calidad del aire gracias a su precisión, lo que convierte a estos satélites en herramientas fundamentales para prever impactos ambientales y de salud.
Efectos sobre la salud y la calidad del aire
El polvo sahariano reduce la visibilidad, produce nieblas secas y puede causar serios problemas respiratorios. En personas con asma, alergias o enfermedades cardiovasculares, la exposición puede agravar síntomas y derivar en complicaciones.
Incluso regiones alejadas del Sahara como España, Brasil o México pueden ver afectada su calidad del aire por estas tormentas. Por eso, los modelos atmosféricos del Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copernicus (CAMS) utilizan los datos de los satélites para emitir alertas preventivas.
Una ayuda inesperada para el planeta
Más allá de los efectos negativos, estas tormentas tienen un papel vital en la ecología global. El polvo sahariano contiene minerales esenciales como hierro y fósforo. Cuando cae sobre el océano, actúa como fertilizante natural, promoviendo el crecimiento del fitoplancton, base de toda la cadena alimenticia marina.
Además, parte de este polvo llega hasta la selva amazónica, donde nutre los suelos tropicales con elementos que no se encuentran fácilmente en la región. Sin este aporte anual de minerales desde África, la fertilidad de muchas zonas de la Amazonía se vería comprometida.
Los sistemas de observación satelital como Sentinel-3 y Sentinel-5P tienen un potencial enorme para impulsar la sostenibilidad global.
La vigilancia constante del planeta desde el espacio es una herramienta estratégica que ayuda a anticipar crisis, proteger ecosistemas y fomentar un desarrollo más equilibrado entre tecnología, salud y medio ambiente.
Vía ESA