Desde un Sudán del Sur ensangrentado por la guerra, el pastor de la diócesis de Tombura-Yambi lanza un llamamiento al Pontífice para que inste a todos los líderes políticos a «sentarse de nuevo a la mesa de negociaciones para poner fin a la violencia». En una parroquia de la diócesis, un agente pastoral fue asesinado por la guerrilla el sábado pasado
Federico Piana – Ciudad del Vaticano
Desde Sudán del Sur, el obispo Edward Hiiboro Kussala lanza un sentido llamamiento a León XIV porque sus ojos están cansados de ver cadáveres acribillados a balazos, pueblos destruidos por las bombas y las llamas, refugiados sin siquiera un bocado de pan que llevarse a los dientes, niños convertidos en huérfanos por una guerra civil que dura ya demasiado tiempo:
Joven asesinado
Monseñor Hiiboro Kussala, obispo de la diócesis de Tombura-Yambio, que se extiende a lo largo de 81.000 kilómetros cuadrados en el oeste de la nación africana, quiere que el Papa sepa que el corazón de su comunidad está literalmente desgarrado y sangrando, sin solución de continuidad.
«El sábado pasado – dijo a los medios de comunicación vaticanos – un joven de la parroquia de Santa María Auxiliadora de la ciudad de Tombura fue asesinado por unos rebeldes que llegaron por la noche de las selvas circundantes, donde la guerrilla está muy extendida y los enfrentamientos son encarnizados».
Odio y dolor
Cuando le dispararon a bocajarro, el joven, que también era coordinador diocesano de Cáritas, dormía en el exterior de la estructura religiosa en la que acampan desde hace meses más de cinco mil desplazados que han tenido que abandonar sus hogares para no quedar atrapados en las garras del conflicto.
Esos miles de hombres, mujeres y niños, que como el joven pastor asesinado a tiros viven bajo insalubres e inseguras tiendas de plástico y lonas improvisadas, tienen ahora miedo.
Hambre sin fin
El obispo admite que entre ellos hay quienes sienten que incluso lo que creían un lugar seguro ya no lo es. Un sufrimiento psicológico que se suma al hambre y las penurias que ya tienen que soportar:
Los refugiados aumentan
Todo el país, asolado por los enfrentamientos entre el ejército gubernamental y las milicias armadas opositoras, pasa hambre porque la economía se hunde literalmente. Además, añade monseñor Hiiboro Kussala, para complicar la situación también hay «refugiados que huyen del vecino Sudán en guerra. Son realmente muchos: deberíamos haberles ayudado, pero ahora no podemos».
Las zonas más afectadas
Las zonas sudanesas más afectadas por los enfrentamientos son cada día más grandes:
Corazón paternal
Por todo ello, el obispo confía al corazón paternal de León XIV su grito desesperado, el de toda la Iglesia local y el de una población que espera ansiosamente el cumplimiento de la paz. El día del asesinato del joven agente pastoral, el prelado se había dirigido incluso a los guerrilleros en un comunicado, pidiéndoles que abandonaran la vía de la lucha armada y tomaran el camino de la reconciliación.
«No están sirviendo a su pueblo ni a su causa – escribió – sino que están destruyendo a sus hermanos. Elijan la paz, dejen las armas». Una exhortación que, por ahora, parece haber caído completamente en saco roto.