Luego de hacer historia con la primera medalla olímpica de la delegación colombiana en París 2024 y de la gimnasia artística de nuestro país, Ángel Barajas comentó varios momentos que lo marcaron durante este inolvidable lunes 5 de agosto en el Bercy Arena.
Lo primero que comentó el medallista colombiano fue varios aspectos sobre la rutina que presentó en la final de los Juegos Olímpicos en la barra fija: “Primero que todo, agradecerle a Dios por este nuevo triunfo. La verdad, la competencia estuvo un poco sufrida hoy; hubo muchos fallos en las rutinas. En mi caso, hubo uno que otro fallo pequeño, pero aun así se pudo sacar la competencia adelante. Se sentía mucho la presión de querer sobresalir y, bueno, gracias a Dios se logró esa primera medalla para Colombia”.
Sin duda alguna la calificación final de 14.533, producto de una dificultad de 6.600 y una ejecución de 7.933, fue practicada hasta el cansancio con su entrenador Jairo Ruíz, además de que en esta oportunidad contaba con otros agregados: “La rutina fue la misma del primer día, pero era una final olímpica, y allí se siente mucho la presión, la ansiedad y el estrés. Me ayudó mucho intentar estar tranquilo y enfocarme en hacer bien la rutina”.
La preparación del cucuteño para llegar a París 2024 fue exigente y rigurosa, como lo ha sido durante sus más de 10 años en la disciplina. Su clasificación se dio este año luego de las Copas Mundo de Gimnasia Artística y, posteriormente, estuvo tres meses en Europa, en países como España, preparándose al más alto nivel para presentarse en sus primeros Juegos Olímpicos.
“Considero que cada sacrificio tiene su recompensa más adelante. Estuve tres meses fuera de casa y la verdad fue muy duro ese esfuerzo que hice, pero al final valió la pena. Uno no trabaja poco tiempo para esto; llevo 13 años trabajando y, en ese tiempo, no puedo decir que no haya días en los que no llore. Hay momentos en los que las cosas no salen muy bien y siempre quiero salir de esa situación. Hay días en los que no se da”, recalcó el atleta colombiano.
Precisamente, para Ángel, la competencia no estaba enfocada tanto en sus rivales, sino en superarse y demostrarse a sí mismo todo lo que había avanzado en la gimnasia gracias a su entrega, sacrificio y compromiso: “Uno no piensa en el resultado antes de competir; solo pienso en hacer lo mejor. Creo que la competencia no es tanto con los demás, sino con uno mismo, en el deseo de salir adelante y superarse. Cuando terminé la rutina y mis pies tocaron el piso, estaba feliz porque hice lo que tenía que hacer”.
Su familia ha sido uno de los pilares fundamentales a lo largo de su carrera deportiva. Desde el principio, lo apoyaron con su sueño olímpico y hoy, en París 2024, se hizo realidad más de un objetivo: “Agradezco a Dios, a mi familia y a mi mamá, que pudo cumplir el sueño de acompañarme acá en París. También le doy las gracias a toda Colombia”.
La sencillez es algo intrínseco al gimnasta que se proclamó subcampeón olímpico en la capital francesa. A sus 17 años, Ángel escucha atentamente a todos sus mentores, desde Jossimar Calvo hasta el entrenador Jairo Ruíz. Durante sus primeros Juegos Olímpicos, recibió varios consejos del primer medallista olímpico de nuestro país, el jefe de la misión colombiana en París 2024, Helmut Bellingrodt: “Él me recalcó que todo lo que me dijo era verdad, que sabía que podía hacer historia. También me dio varios consejos que para esta competencia me ayudaron mucho. Le agradezco de corazón por sus palabras.”
Finalmente, Ángel envió un mensaje para todos los colombianos: “Hagan las cosas con amor, sean muy disciplinados, sueñen y trabajen con mucha constancia. Cada deportista tiene su sueño de llegar a los Juegos Olímpicos y cada uno trabaja para ello. Yo creo que supe aprovechar esta gran oportunidad y considero que se debe aprovechar al máximo el momento que Dios nos pone y tratar de dar lo mejor”.
